suuucki

Sigo esperando trenes que ya han pasado, personas que un día estuvieron y cosas que terminé perdiendo; pero que al final terminaron sin ser mías. No sé qué camino tomaré para llegar a no sé dónde, pero llegaré, de eso estoy cien por cien segura. Creo que soy la persona más indecisa que existe, pero la más fiel, a cuanto a sus sueños se refiere. Suelo pasar intencionalmente por esos lugares donde un día fui feliz y me sentí libre completamente, e irónicamente la libertad la encontré al lado de otra persona, atada a otros momentos (que un día fueron míos), a otras almas, a otras camas, a otros cuerpos, a otra piel. Y puedo decir que es la libertad más preciosa, sólo después de aquella donde besas unos labios que te llevan al cielo. Voy por la vida haciendo y deshaciendo fotografías, destruyendo y construyendo recuerdos, esclavizándome con mis palabras y enredándome con mis pensamientos, equivocándome en mis decisiones y remendando mis errores, hiriendo a personas por las cuales estaría dispuesto a morir y metiendo las manos al fuego por personas que no valen la pena. Por las noches las canciones cobran vida y mi habitación se llena de personas ausentes. Me abrazan fuertemente y no es necesario decirles cuánto las echo de menos durante el día, como lo hace el sol con las estrellas en el cielo de la mañana. Estoy perdida, muy perdida. No puedo ni siquiera encontrarme en el mapa que yo mismo tracé un par de años atrás. Aún sigo teniéndoles miedo a las personas que me tratan bien, no porque sean malas, sino porque muchas veces me han lastimado y tengo miedo de caer de nuevo a ese abismo del que tanto me costó salir.

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Cuatro besos y una sonrisa,nada más.O eso creíamos.En esos cuatro besos,me perdí,y me hizo falta una sonrisa más para enamorarme.Nada podía con nosotros,ni siquiera el arma destructiva más potente al que todos temen enfrentarse.La distancia no era ninguna barrera para nosotros si no una forma de demostrarnos que juntos éramos más fuertes que por separado.En esos kilómetros me dí cuenta de que por cada uno de ellos te quería un poco más,que cada vez que me distanciaba un kilómetro tenía la necesidad de un tú.Supiste aguantar mis cambios de humor,mis malas rachas,mis ganas de mandarlo todo a la mierda,porque era más fuerte el miedo de perderte que cualquier cosa,pero ahí seguías tú,haciéndome feliz,enamorándote más con cada sonrisa que me sacabas.Aguantaste lo inaguantable y te enamoraste de mi,de mis defectos y mis manías,teniendo el valor que ningún otro chico había tenido.Jamás fuiste un chico de muchas palabras,no me solías decir a menudo que me querías,pero cada vez que te miraba a los ojos ellos decían mucho más que todas las palabras del mundo,me hacían sentir que era la única chica en tu vida,notaba que nunca habías querido a nadie como a mi.Eras frío,pero se me olvidaba de que el hielo también quemaba.No fue fácil,pasamos muchas cosas,pero era tanto lo que sentíamos que nada se nos hacía suficiente para romper lo que teníamos.Y si se rompía siempre buscabamos la manera de arreglarlo,de hacer que toda pieza encajase de nuevo en aquel puzzle que habíamos creado.Puede que al final se convirtiese en un rompecabezas,pero ese rompecabezas me tenía completamente enganchada.A mí me mataban tus besos,eran peor que cualquier droga,digamos que ni la heroína puede compararse a lo que sentía en cada uno de ellos.Me hiciste sentirme algo en nada, segura en un mundo indeciso,fuerte en cada debilidad.Llegaste tan fuerte en mi vida que cambiaste todo,y pusiste mi vida patas arriba,pero era el desorden más perfecto que había visto jamás.Y aunque en ocasiones haya jurado que para mí estás muerto,que no te necesito y haya intentado creerme de todas las maneras posibles que te he olvidado,cada mañana al despertarme sigo echándote de menos.Parece que echarte de menos se ha convertido en mi rutina.Ahora ando cómoda en mis ruinas,aquellas que son todo lo que éramos pero aún el andar descalza sobre ellas duele.Me doy cuenta de que al final lo único que me llenaba era tu sonrisa,que ahora ni un millón juntas consiguen igualar lo que me hacía sentir esa maldita sonrisa.Nos suelen decir que somos raros,que no hay quien nos entienda y así es,nadie entendió jamás nuestra extraña forma de querernos pero no se daban cuenta de que en cuestión de segundos moríamos el uno por el otro.Aún sigo presumiendo de tener el récord mundial de querernos.Echo de menos como conseguias calmarme con solo una frase. Siempre me he preguntado porqué nos quedamos en la mitad si estábamos a nada de serlo todo.
PD: te echo de menos, vuelve.

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