Escribe un KaiSoo tierno~
Jongin tiene un talento. Cuando se pone de pie los domingos en la mañana es cuando esta más consciente de él, cuando al salir de la cama casi sin destender, el olor a panqueques y café recién percolado, el brillo del sol en los ojos y el leve sonido de un canto le llegan desde la cocina. El cuarto está a oscuras pero aunque tiene la misma iluminación que una ratonera, está limpio y ordenado como un quirófano. Sus pantuflas están alineadas con el mosaico en el piso y todos los controles de la televisión miran hacia la misma dirección acomodados del más grande al más pequeño, viceversa.
Salir del cuarto y entrar a la cocina es verdaderamente una tortura, sabe que en la cocina va a encontrar más de lo que merece y más de lo que espera pero menos de lo planeado y eso siempre lo mortifica un poco, pero se deja llevar por su nariz y por su panza vacía que le dice, Jongin queremos ese omelette.
En la cocina, Kyungsoo canturrea una canción que Jongin conoce pero que está demasiado dormido para cantar y sin mirarlo a los ojos le dice que se siente y tome un plato, que la miel está caliente como le gusta y que sí quiere arándanos están en la primera repisa de la nevera.
El agradece enormemente pero no con las palabras sino con una sonrisa y niega, está bien así, hyung. Todo lo que Kyungsoo hace es infinitas veces mejor del que sería su mejor esfuerzo y Jongin lo valora infinitamente. Kyungsoo no, él se mortifica porque no pudo conseguir el jugo que le gusta o porque olvido traer servilletas de papel, porque el huevo de enfría, porque la estufa quedó sucia y en momentos así, cuando el mayor no dice nada pero está lleno de pensamientos negativos que Jongin no cree que merezca ni entiende, es que él reconoce su talento.
Kyungsoo parece sereno y alguien más podría pensar que lo esta incomodando al pegar sus sillas, al ponerle una mano pesada y morena sobre la nuca, al sobarle el cuello sin decir nada, pero Jongin sabe que es así el único modo en el que puede retribuirle lo que hace por él, diciéndole: tranquilo, está todo perfecto, no te mortifiques más.
(i dont know what this is, sori)
Salir del cuarto y entrar a la cocina es verdaderamente una tortura, sabe que en la cocina va a encontrar más de lo que merece y más de lo que espera pero menos de lo planeado y eso siempre lo mortifica un poco, pero se deja llevar por su nariz y por su panza vacía que le dice, Jongin queremos ese omelette.
En la cocina, Kyungsoo canturrea una canción que Jongin conoce pero que está demasiado dormido para cantar y sin mirarlo a los ojos le dice que se siente y tome un plato, que la miel está caliente como le gusta y que sí quiere arándanos están en la primera repisa de la nevera.
El agradece enormemente pero no con las palabras sino con una sonrisa y niega, está bien así, hyung. Todo lo que Kyungsoo hace es infinitas veces mejor del que sería su mejor esfuerzo y Jongin lo valora infinitamente. Kyungsoo no, él se mortifica porque no pudo conseguir el jugo que le gusta o porque olvido traer servilletas de papel, porque el huevo de enfría, porque la estufa quedó sucia y en momentos así, cuando el mayor no dice nada pero está lleno de pensamientos negativos que Jongin no cree que merezca ni entiende, es que él reconoce su talento.
Kyungsoo parece sereno y alguien más podría pensar que lo esta incomodando al pegar sus sillas, al ponerle una mano pesada y morena sobre la nuca, al sobarle el cuello sin decir nada, pero Jongin sabe que es así el único modo en el que puede retribuirle lo que hace por él, diciéndole: tranquilo, está todo perfecto, no te mortifiques más.
(i dont know what this is, sori)
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kyuari