GOT!SuKai, come on <3
El Príncipe a desposar a Lady Victoria, amanece desfigurado y muerto en su cama, cubierto de sangre, una semana antes del casorio, sin una sola facción reconocible en el rostro, con una nota firmada por él en la que expresa su arrepentimiento a Victoria y a su padre, Lord Estermont y les pide perdón por haberles defraudado, pide perdón a su padre el Rey y a sus hermanos y súbditos. Desembarco se pinta de negro como la mañana de los cuervos, algunos meses antes y sospechas llegan a oídos de la Mano del Rey que tiene motivos para desconfiar del esclavo que ha desaparecido junto con la vida del joven Príncipe, pero nada hay de él y la Guardia del Príncipe jura sobre sus cabezas que Jongin Flores no es culpable, que no estuvo con él esa noche.
El Maestre del Consejo Privado ausculta su cuerpo y descubre que ese no es el Prínicipe, pero la caligrafía es suya y el sello es legítimo. El asunto se deja descansar porque todo parece indicar que el joven ha huido por decisión propia y se sientan a la espera de que de noticias.
Junmyeon cabalga hasta el alba en los cuartos del caballo con Jongin en la silla, que es muchísimo mejor jinete que él y lo demuestra después de quejarse hora y media de Junmyeon. Necesitas un nuevo nombre, Príncipe, mira y aprende.
Viajan a todo galope por el Bosque Real y tan cerca de Bastión de Tormentas, que nadie lo sospecharía. Silenciosamente, vestidos como mercaderes que llevan las cosas en las que Jongin ha estado trabajando por meses en una carreta hacia Lanza del Sol para ofrendarlas a los Príncipes de Dorne, cruzan las Tierras de la Corona, el Reino de las Tormentas, a través de Sendahueso y llegan a Yronwood, en los tiempos en los que les fue planeado. Jongin se baja del caballo tan cansado, hambriento y sediento como ellos y entre la gente de la ciudad, parece nativo.
Le dedica una hermosa sonrisa, lo ayuda a bajar y le acomoda las ropas. ¿Cuál quieres que sea tu apellido? Le pregunta Jongin, quitándole uno a uno los adornos que lleva en el cuello, el cabello, el pecho, adornos y joyas que ha hecho él mismo y que tienen que vender, excepto uno, un anillo que dibuja el asta de un ciervo a la que nacen flores, forjado en oro y adornado de cobre y plata, y lo deja en su dedo anular.
Consiguen una casa pequeña en la cual vivir y Suho aprende el oficio como un niño tonto, como un muchacho retrasado. Su nombre es ahora Suho y como los bastardos de las tierras de las que él viene, su apellido es Tormenta. Cuánto tiempo podrá no ser más un noble, no lo sabe, no sabe cuánto tiempo va a vivir en Dorne, cuánto tiempo va a vivir Jongin, a quien, al igual que a él, lo buscan en todos los caminos y ciudades.
Tormenta y Flores, mirando al Mar de Dorne, tejen filigrana y venden el hueso de la tierra por pan, por vino barato y por no vivir en una calleja donde corre fango y mierda, como Junmyeon, benjamín de la Casa Baratheon, futuro Señor de Bastión de Tormentas, hijo del Rey, cree que nadie debería.
El Maestre del Consejo Privado ausculta su cuerpo y descubre que ese no es el Prínicipe, pero la caligrafía es suya y el sello es legítimo. El asunto se deja descansar porque todo parece indicar que el joven ha huido por decisión propia y se sientan a la espera de que de noticias.
Junmyeon cabalga hasta el alba en los cuartos del caballo con Jongin en la silla, que es muchísimo mejor jinete que él y lo demuestra después de quejarse hora y media de Junmyeon. Necesitas un nuevo nombre, Príncipe, mira y aprende.
Viajan a todo galope por el Bosque Real y tan cerca de Bastión de Tormentas, que nadie lo sospecharía. Silenciosamente, vestidos como mercaderes que llevan las cosas en las que Jongin ha estado trabajando por meses en una carreta hacia Lanza del Sol para ofrendarlas a los Príncipes de Dorne, cruzan las Tierras de la Corona, el Reino de las Tormentas, a través de Sendahueso y llegan a Yronwood, en los tiempos en los que les fue planeado. Jongin se baja del caballo tan cansado, hambriento y sediento como ellos y entre la gente de la ciudad, parece nativo.
Le dedica una hermosa sonrisa, lo ayuda a bajar y le acomoda las ropas. ¿Cuál quieres que sea tu apellido? Le pregunta Jongin, quitándole uno a uno los adornos que lleva en el cuello, el cabello, el pecho, adornos y joyas que ha hecho él mismo y que tienen que vender, excepto uno, un anillo que dibuja el asta de un ciervo a la que nacen flores, forjado en oro y adornado de cobre y plata, y lo deja en su dedo anular.
Consiguen una casa pequeña en la cual vivir y Suho aprende el oficio como un niño tonto, como un muchacho retrasado. Su nombre es ahora Suho y como los bastardos de las tierras de las que él viene, su apellido es Tormenta. Cuánto tiempo podrá no ser más un noble, no lo sabe, no sabe cuánto tiempo va a vivir en Dorne, cuánto tiempo va a vivir Jongin, a quien, al igual que a él, lo buscan en todos los caminos y ciudades.
Tormenta y Flores, mirando al Mar de Dorne, tejen filigrana y venden el hueso de la tierra por pan, por vino barato y por no vivir en una calleja donde corre fango y mierda, como Junmyeon, benjamín de la Casa Baratheon, futuro Señor de Bastión de Tormentas, hijo del Rey, cree que nadie debería.
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Aleena Bite
kyuari