¿Existe el concepto unido de mal dibujo y buen guión, en un cómic? ¿O deberíamos dividirlo en funcional o no? ¿Acaso el dibujo no es el guión principal del cómic? ¿Qué es para vosotros un mal dibujo?
Creo que ambos pueden ser un gran complemento del otro, dependiendo del peso de cada uno y del tipo de obra de la que se trate.
Si pienso en los trabajos de Junji Ito, concluyo en que apenas recuerdo alguna de sus historias. Sin embargo, los dibujos, no los puedo olvidar. En un caso similar, en el que el dibujo es superlativo, la historia es capaz de pasar a un segundo plano. Podría servir para añadir un trasfondo a la escena. Que la criatura aberrante que te hipnotiza a través de todas sus protuberancias sea producto de una pesadilla de uno de los protagonistas, por ejemplo.
Por otro lado, si la historia, el guión, o el desarrollo de personajes de un cómic o manga es espectacular, pero, el diseño que presentan las viñetas es lamentable, la inmersión desaparece. No puedes ofrecer una premisa increíble plagada de aventuras en universos fascinantes si, dichos universos, se han dibujado en cinco minutos y la desgana o falta de tiempo del autor rebosa en cada página. No se transmite nada.
Obviamente, el estilo artístico de una obra es la que la hace presente en la cultura popular y permanente en el tiempo. Si yo pienso en 'Batman', lo que primero se me viene a la mente es el dibujo. No los crímenes que resuelve o su historia personal. Pero, ¿por qué? Porque el dibujo es fuerte. Puede sobrevivir tanto por su guión como por su trazo. Por eso, es una buena obra. Está en equilibrio.
Un dibujo descuidado e, incluso, malo, puede resultar ideal para una historia desgarbada, cómica o infantil. No prestas atención al dibujo, porque es pobre, y tampoco a la trama, porque no es su objetivo. No obstante, por ello, funciona. De nuevo, está en equilibrio.
Para representar la ausencia del mismo, he utilizado tres viñetas de distintos mangas, de forma algo injusta. Aunque ambos pertenecen al mismo género, el que sitúo a la izquierda ('Mob Psycho') no se puede analizar, exactamente, de la misma manera.
Pero, tratemos de imaginar que sí. Y que presento un combate épico. Una batalla que trasciende lo físico, en la que los personajes dejan de conocerse a sí mismos. Exploran lugares de su mente nunca antes habitados. Sus límites se quiebran y la adrenalina no les permite detenerse. Comienzan a respetar a su rival, puesto que, gracias a lo que tienen en frente, están destrozando toda barrera. Segundos antes de que vuelvan a medirse, recuerdan por qué comenzaron. Aunque ya no importe.
Con este supuesto, observamos la viñeta de la izquierda. Pasaremos la página, para ver qué ocurre. Pero, sin más.
Ahora, si contemplamos las de la derecha, al menos, en mi caso, es posible que errase al tratar de pasar la página, preso de la tensión y el deseo por disfrutar del desarrollo de la escena. ¿Culpable? La ilustración.
En resumen, creo que el guión y el dibujo pueden separarse mientras que sus pesos relativos encuentren, de alguna manera, la armonía.
Un mal dibujo será aquel que rompa, de forma no intencionada, dicha consonancia.
Si pienso en los trabajos de Junji Ito, concluyo en que apenas recuerdo alguna de sus historias. Sin embargo, los dibujos, no los puedo olvidar. En un caso similar, en el que el dibujo es superlativo, la historia es capaz de pasar a un segundo plano. Podría servir para añadir un trasfondo a la escena. Que la criatura aberrante que te hipnotiza a través de todas sus protuberancias sea producto de una pesadilla de uno de los protagonistas, por ejemplo.
Por otro lado, si la historia, el guión, o el desarrollo de personajes de un cómic o manga es espectacular, pero, el diseño que presentan las viñetas es lamentable, la inmersión desaparece. No puedes ofrecer una premisa increíble plagada de aventuras en universos fascinantes si, dichos universos, se han dibujado en cinco minutos y la desgana o falta de tiempo del autor rebosa en cada página. No se transmite nada.
Obviamente, el estilo artístico de una obra es la que la hace presente en la cultura popular y permanente en el tiempo. Si yo pienso en 'Batman', lo que primero se me viene a la mente es el dibujo. No los crímenes que resuelve o su historia personal. Pero, ¿por qué? Porque el dibujo es fuerte. Puede sobrevivir tanto por su guión como por su trazo. Por eso, es una buena obra. Está en equilibrio.
Un dibujo descuidado e, incluso, malo, puede resultar ideal para una historia desgarbada, cómica o infantil. No prestas atención al dibujo, porque es pobre, y tampoco a la trama, porque no es su objetivo. No obstante, por ello, funciona. De nuevo, está en equilibrio.
Para representar la ausencia del mismo, he utilizado tres viñetas de distintos mangas, de forma algo injusta. Aunque ambos pertenecen al mismo género, el que sitúo a la izquierda ('Mob Psycho') no se puede analizar, exactamente, de la misma manera.
Pero, tratemos de imaginar que sí. Y que presento un combate épico. Una batalla que trasciende lo físico, en la que los personajes dejan de conocerse a sí mismos. Exploran lugares de su mente nunca antes habitados. Sus límites se quiebran y la adrenalina no les permite detenerse. Comienzan a respetar a su rival, puesto que, gracias a lo que tienen en frente, están destrozando toda barrera. Segundos antes de que vuelvan a medirse, recuerdan por qué comenzaron. Aunque ya no importe.
Con este supuesto, observamos la viñeta de la izquierda. Pasaremos la página, para ver qué ocurre. Pero, sin más.
Ahora, si contemplamos las de la derecha, al menos, en mi caso, es posible que errase al tratar de pasar la página, preso de la tensión y el deseo por disfrutar del desarrollo de la escena. ¿Culpable? La ilustración.
En resumen, creo que el guión y el dibujo pueden separarse mientras que sus pesos relativos encuentren, de alguna manera, la armonía.
Un mal dibujo será aquel que rompa, de forma no intencionada, dicha consonancia.