¿Qué mitos consideráis que se dan por buenos, sin apenas cuestionarlos y estorban gravemente al avance?
Nuestro actual modelo de sociedad globalizada, que tanto se jacta de una presunta armonía entre sus diferentes ámbitos, de su ingente cantidad de oportunidades tanto económicas como sociales, de la pluralidad idiosincrásica que supuestamente manifiesta, y de su hipotética preocupación por el bienestar y el progreso de la comunidad, no es más que un monstruoso conjunto de falacias ad populum sostenidas no solo sobre la incapacidad manifiesta de los individuos para refutar esa situación, sino también sobre la extraordinaria capacidad del sistema para acallar instantáneamente cualquier género de disidencia.
Desde tu más tierna infancia, conminarán a tus padres para que te enseñen algún tipo de habilidad particularmente «útil» bajo el pretexto de que eso estimulará el desarrollo de tus capacidades psicofísicas. Cuando apenas hayas cumplido seis o siete años, se te obligará a adaptarte a un sistema socioacadémico profundamente memorístico, subrepticiamente excluyente y engañosamente meritocrático, y se te reprendrá hasta la extenuación siempre que tu valor no sea, como mínimo, el de alguien «notable» o «sobresaliente». Cuando llegues a tus dieciséis años, llegará el momento en que se señalarán tus aparentes virtudes y, si eres afortunado y tienes los medios necesarios, se te ofrecerán diferentes caminos a seguir, para los cuales no te sentirás preparado bajo ningún concepto a pesar de tantos y tantos años de «aprendizaje». Cuando te halles bien entrado en la veintena y, probablemente, hayas terminado tu formación académica, te abandonarán en un mundo despiadado, carente de indulgencia y profundamente consumido por un consumismo y una competitividad atroces. Pero tú sabes que lo has hecho bien, ¿no? Llevas toda una vida escuchando que ESTO era lo mejor para ti, formándote para ello; oyendo que ahora y solo ahora es tu oportunidad de estar y sentirte vivo, en el más amplio sentido del término.
Pero jamás te prepararon para eso.
Te enseñaron a pensar, a sentir y a vivir como debías hacerlo, pero no te enseñaron a preguntarte cómo querrías pensar, sentir y vivir por ti mismo; te instruyeron en cómo moverte por el mundo de la forma que te garantizaría el éxito que toda persona busca y, sin embargo, jamás llegaste a plantearte cuál sería tu propia definición de éxito, y si esa determinación encajaría contigo. Te enseñaron a tocar el piano a tus cinco años de edad, pero te sientes incapaz de saber si realmente sientes la música que tocas. Sacrificaste todo lo que implica una vida en sociedad por ser «excelente», y ahora te percatas de que ni siquiera eres capaz de saber cómo saludar a la chica que te gusta, o de consolar a tu mejor amigo cuando rompe a llorar porque odia su vida, y odia este mundo.
Y, lo que es peor: por primera vez en tu vida, empiezas a comprenderle.
El mayor mito de nuestra sociedad, es nuestra sociedad en sí misma: su deseo de hacernos creer que podría erigirse algo perfecto, a partir de los cimientos de una mentira.
Desde tu más tierna infancia, conminarán a tus padres para que te enseñen algún tipo de habilidad particularmente «útil» bajo el pretexto de que eso estimulará el desarrollo de tus capacidades psicofísicas. Cuando apenas hayas cumplido seis o siete años, se te obligará a adaptarte a un sistema socioacadémico profundamente memorístico, subrepticiamente excluyente y engañosamente meritocrático, y se te reprendrá hasta la extenuación siempre que tu valor no sea, como mínimo, el de alguien «notable» o «sobresaliente». Cuando llegues a tus dieciséis años, llegará el momento en que se señalarán tus aparentes virtudes y, si eres afortunado y tienes los medios necesarios, se te ofrecerán diferentes caminos a seguir, para los cuales no te sentirás preparado bajo ningún concepto a pesar de tantos y tantos años de «aprendizaje». Cuando te halles bien entrado en la veintena y, probablemente, hayas terminado tu formación académica, te abandonarán en un mundo despiadado, carente de indulgencia y profundamente consumido por un consumismo y una competitividad atroces. Pero tú sabes que lo has hecho bien, ¿no? Llevas toda una vida escuchando que ESTO era lo mejor para ti, formándote para ello; oyendo que ahora y solo ahora es tu oportunidad de estar y sentirte vivo, en el más amplio sentido del término.
Pero jamás te prepararon para eso.
Te enseñaron a pensar, a sentir y a vivir como debías hacerlo, pero no te enseñaron a preguntarte cómo querrías pensar, sentir y vivir por ti mismo; te instruyeron en cómo moverte por el mundo de la forma que te garantizaría el éxito que toda persona busca y, sin embargo, jamás llegaste a plantearte cuál sería tu propia definición de éxito, y si esa determinación encajaría contigo. Te enseñaron a tocar el piano a tus cinco años de edad, pero te sientes incapaz de saber si realmente sientes la música que tocas. Sacrificaste todo lo que implica una vida en sociedad por ser «excelente», y ahora te percatas de que ni siquiera eres capaz de saber cómo saludar a la chica que te gusta, o de consolar a tu mejor amigo cuando rompe a llorar porque odia su vida, y odia este mundo.
Y, lo que es peor: por primera vez en tu vida, empiezas a comprenderle.
El mayor mito de nuestra sociedad, es nuestra sociedad en sí misma: su deseo de hacernos creer que podría erigirse algo perfecto, a partir de los cimientos de una mentira.
Liked by:
ᴏʙsᴄᴜʀᴇ
San
Mahkah
Random.
Kate Gorietti.