Daenerys

Abrí los ojos con dificultad, la luz molestaba; hacía que mi cabeza pulsara y todo diera vueltas. Cerré los ojos apretándolos, para así intentar calmar el mareo y las arcadas que se venían, sentía mi frente caliente y quise llevar mi mano a mi cara para darme cuenta que estaba amarrada con un lazo contra una superficie de madera áspera, abrí los ojos una vez más; intentando identificar que ocurría. Ahí me di cuenta, estaba con la ropa ensangrentada, los brazos y pies atados y a mi alrededor parecía un pequeño taller, lleno de herramientas que con facilidad podría romper mi cráneo. Intente zafarme una vez más, empezando a desesperarme hasta que le preste atención a lo estaba en la esquina, una pequeña cámara de seguridad estaba enfocada en mi dirección; donde estaba segura que alguien me veía. Me quede quieta, pensando en todo aquello que podría usar en su contra, lo que me haría ganar tiempo para así poder salir viva de esta. Escuche pasos a la lejanía y una puerta abrirse a mis espaldas, cerré los ojos nuevamente, tratando de tranquilizar mi acelerado corazón y al abrirlo tenía al ignoto, el hombre al cual estábamos persiguiendo unos días atrás, por secu.-estro, violac.ión y esparcir el cuerpo de las victimas por sus vecindarios. El hombre me enseño su sonrisa tranquila, mientras se acercaba a quitarme el cabello de la cara, haciendo que intentara quitarme, cosa que lo congratulo porque soltó una risa escalofriante, digna de película de terror. Revise una vez más mi cuerpo, percatándome que traía la ropa puesta aún.
- Bien, señorita FBI. Cuénteme, ¿Qué sabe de mí? – pregunto acercando un banco pequeño de una de las mesas y sentándose frente a mí, con su mirada recorriendo por mi cuerpo y mi cara.
- Su nombre es David Charles, es dentista, tiene cuatro hijos y un divorcio. Las cosas no salieron nada bien y se le quito el derecho de ver a sus hijos ya que su hija menor le comento a su madre que usted jugaba con mujeres en el sótano. Es metódico, organizado y paciente. Usualmente se involucra en la vida de sus pacientes hasta el grado de conocer sus horarios, asistir a eventos sociales…y matarlas. Deja sus cuerpos en el vecindario de sus víctimas para demostrar su poder, establecer un dominio y crear pánico, ya que tienen un nivel socioeconómico mejor que el suyo. – El semblante del ignoto poco a poco iba cambiando, de una sonrisa a un rostro serio y calculador.

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(Me encanta este rol, perdón)

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