Gin

Bueno, como parte de la conclusión de mi respuesta, siento tener que empezar la misma con correcciones sobre la forma en la que tu pregunta está redactada. Para empezar, das a entender que para un creyente, Jesucristo es el hijo de Dios. Esto tan sólo es válido para un creyente de la fe Cristiana, para un Musulmán, Jesucristo fue un profeta, al igual que Moisés, designado por Dios para traer el evangelio, pero no se reconoce como parte de Dios y el Mesías. Para los judíos, Jesucristo tampoco es hijo de Dios, pues esta religión no acepta la trinidad divina. Partiendo de esto, y resumiendo mi respuesta, si apareciese un... digamos "enviado de Dios", ya sea profeta, hijo, o mesías, si este individuo fuese capaz de conseguir la aceptación y prestigio necesaria para establecer de su palabra una fe, con seguridad establecería una nueva doctrina monoteísta, profundamente relacionada con el cristianismo, el judaísmo y el islam, tal y como ya ha pasado antes.

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Érase una vez, una joven princesa llamada Mérida, hábil arquera e impetuosa hija del Rey Fergus y de la Reina Elinor. Decidida a forjar su propio camino en la vida, Mérida desafía una antigua y sagrada costumbre de los señores de la tierra. Tras esto, decide irse de casa, un poco desorientada y sin saber muy bien cómo actuar. Cabalgó todo el día sin rumbo ni criterio, y, ya al caer la noche, buscó refugio en una cueva, que por ventura encontró en el camino. El insomnio la estaba consumiendo en sus pensamientos más recientes, cuando la cueva comenzó a agitarse, y, cuando vino a darse cuenta, estaba cayendo por una apertura. Abrió los ojos dolorida y postrada en el suelo, ante ella, montañas de oro, gemas y rubíes, pero... ante todo destacaba una deslucida lámpara casi entre sus pies. Su curiosidad venció pronto la impresión, y cuando se quiso dar cuenta, un enorme genio azul estaba saliendo de lámpara que agitaba entre sus manos. Mérida quiso pedirle como deseo que cambiase a las personas influyentes de su reino, pero el genio dejó claro que no podía actuar directamente sobre otra persona. "Deseo ser lo suficientemente fuerte para que todo el mundo me escuche". Y dicho esto, de las manos del genio comenzó a salir una bruma espesa que empezó a girar cada vez más veloz. Cuando todo cesó, Mérida llevaba un traje de seda oscurecida, reforzado con cuero, y un arco largo con suntuosos garabatos. Se encontraba a las puertas del Olimpo, y medio brillando, se dio cuenta que estaba a punto de conocer a los dioses que su pueblo adoraba, como una invitada especial. Los dioses le explicaron que su voluntad no es la de un reino sin libertades, con guerras y trata de personas, que ellos les dieron la libertad de ser, esperando más de un alma libre. Y dicho esto, le permitieron descender en un carro alado, con un regalo especial, un rayo eterno, encerrado en una lámpara de nubes, como símbolo de respeto a Mérida, por parte de los dioses. Mérida se hizo oír en su poblado, y fundó un nuevo sistema más justo. Años más tarde, y con el rayo infinito en mano, se dedicó a difundir su palabra, su lucha.

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(Me ha quedado un poco meh, pero es que ha sido un poco improvisado...)

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