〖☠ｍａｘｉｍｕｓ☠〗

—Fiuuuuu.—

Un silbido salió de sus labios al ver los truquitos del contrario. Luego volteó a verlo escuchando aquellas palabras y le hizo sonreir de lado. Pocas cosas lo hacían sonreir.

—Fascinante.—

Respondió muy asombrado, pero no lo demostró.

—..Creo que tu y yo nos llevaremos bien.—

Agregó antes de tomar la botella que el barman le puso y la bebió de golpe, era algo delicioso de apreciar, no dudó en relamerse los labios con lascividad, sin apartar la mirada del contrario.

Miró como el se le acercó y no tardó en llevar una mano hacia una nalga ajena sin que nadie se diera cuenta.

—¿Peligrosos dices? Francamente, aquí hay dos papeles. El asesino bueno y el asesino malo.—

Le guiña un ojo dejando la botella aún maso y pagó el, la bebida de ambas para estar como si nada.

—¿Quieres venir a mi casa? Creeme, se que te gustara.—

Dicho eso paso por en medio de aquellas personas las cuales estaban con la cabeza gacha por el miedo y la desesperación.

Temían que el, pudiera matarlos como lo hacía con sus víctimas, francamente el lo hacía por dinero y por nada más. No era tan fácil de matar o roer, muchos intentaron hacer lo imposible, pero muchos salieron su cabeza.

Subió a su moto y se puso su casco, su moto era negra, e incluso tenía algunas rayones o raspones por todos lados. No es fácil ser perseguido por la policía.

—Sube..—

Le pasa un casco.

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Tan pegado estaba a la botella que no se dio cuenta que alguien nuevo había entrado al bar. Bebió y bebió hasta que la botella se quedo sin una gota de líquido alcoholico, pero milagrosamente no se emborracho o mostró signos de alcoholemia.

Volteó la mirada hacia aquel pelirrojo y arrugó la cara, no le agradaba el hecho que le dijeran que hacer, pero por esa vez lo dejaba pasar por que el hombre tenía bonita cara.

—¿Ah? ¿qué acabas de decir?—

Dijo con aquella seriedad en su mirar, aunque después suspiró y se pasó una mirada por la cara.

—Si me pagaran por escuchar eso, ya seria rico. No te preocupes, chico lindo..me acostumbre al alcohol..—

Contestó viendolo de reojo acomodandose en la pequeña silla que aguantaba todo su peso corporal y de acomodó su cabello.

Aquellas miradas hicieron enojar a maximus, pero su seriedad no lo demostró para nada. Sacó un revólver y disparó al techo ocasionando que la gente se asustara y mirara hacia otro lado.

—Dejen de chismorrear, hijos de puta.—

Volvió a su compostura de antes guardando dicha arma y mira al de cabello rojo pero de reojo.

—¿Fans dices? No te creas, todos aquí me conocen por ser un hombre peligroso.—

Explicó.

—¿Por que crees que también te miran a ti? Piensan que eres una víctima más a mi lista.—

Miró al barman con una seriedad asesina causando que el dicho hombre buscara otra botella de licor.

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La tarde era como todas y francamente su trabajo había terminado. Para relajarse decidió salir en su moto y buscar algún bar abierto para refrescarse, pero también para darse un merecido descanso ya que había terminado de matar a un mafioso que vivía en las partes bajas de japon.

Luego en una de sus andanzas logró encontrar un buen bar, la música se escuchaba al tope, pero era lo que único que pudo encontrar. Entró sin más y se acercó a la barra, espantado a muchos con aquella mirada ruda que tanto llamaba la atención.

—Deme la bebida más fuerte que tenga..—

Pidió, a lo que el barman optó por obedecer.

Sinceramente el era un hombre de trabajo y nunca se quedan a quieto en un sólo lugar, por lo tanto, el trabajo le llueve y más cuando se trata de hacer trabajos sucios.

Tomó su bebida que el hombre le entregó, pero no tomó el vaso, si no la botella entera bebiendola con mucho descaro.

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