C. ¿Qué es para ti más efectivo a la hora de crear un vínculo duradero con alguien, odiar las mismas cosas o que os gusten las mismas?
No tengo duda: el odio.
Por varios motivos, los gustos pueden falsearse, exagerarse, o simplemente resultar un vinculo efímero, o focalizado. Diría que incluso se puede entrar en una competición, por ver quién más, es más cuestionable. Es muy posible convivir con aspectos concretos, o gustos puntuales, juntos y que eso sea lo único con lo que contáis. Dejo claro que no es poco, pero evidentemente une menos. Sin embargo, si odiáis con una fuerza similar la unión es casi automática, y me parece más difícil de fingir el odio ante algo, alguien. De pronto dejas de ser tú contra todo, y sois vosotros viendo la lucha encarnizada y participando en la del otro si se da el caso. Pero no porque este se quede fuera de juego, sino porque tú te identificas en la batalla. Es mucho más personal, más intimido, y más fuerte, diría que también más extraño y eso lo convierte en especial.
Además lo que te gusta suele abarcar demasiado y puede durar un tiempo limitado, y no es difícil hacer partícipe a alguien de ello, aunque este no sea su punto también; pero odiar se odia con más concreción, y yo diría que para siempre, prácticamente. Se odia de una forma mucho más personal, y no es posible trasladar esa sensación si no la conoces. Añadiría que incluso hace efectivo que surjan relaciones con personas que, a priori, no van contigo pero terminan siendo un gran descubrimiento. Te acerca más, produce alianzas de una forma muy diferente a la afinidad por gustos.
Mis mejores sensaciones siempre vienen de ver a otro ser humano vivir algo con el fervor que yo lo hago. Verle sentir de un modo similar. Y todo lo demás son adheridos.
Por varios motivos, los gustos pueden falsearse, exagerarse, o simplemente resultar un vinculo efímero, o focalizado. Diría que incluso se puede entrar en una competición, por ver quién más, es más cuestionable. Es muy posible convivir con aspectos concretos, o gustos puntuales, juntos y que eso sea lo único con lo que contáis. Dejo claro que no es poco, pero evidentemente une menos. Sin embargo, si odiáis con una fuerza similar la unión es casi automática, y me parece más difícil de fingir el odio ante algo, alguien. De pronto dejas de ser tú contra todo, y sois vosotros viendo la lucha encarnizada y participando en la del otro si se da el caso. Pero no porque este se quede fuera de juego, sino porque tú te identificas en la batalla. Es mucho más personal, más intimido, y más fuerte, diría que también más extraño y eso lo convierte en especial.
Además lo que te gusta suele abarcar demasiado y puede durar un tiempo limitado, y no es difícil hacer partícipe a alguien de ello, aunque este no sea su punto también; pero odiar se odia con más concreción, y yo diría que para siempre, prácticamente. Se odia de una forma mucho más personal, y no es posible trasladar esa sensación si no la conoces. Añadiría que incluso hace efectivo que surjan relaciones con personas que, a priori, no van contigo pero terminan siendo un gran descubrimiento. Te acerca más, produce alianzas de una forma muy diferente a la afinidad por gustos.
Mis mejores sensaciones siempre vienen de ver a otro ser humano vivir algo con el fervor que yo lo hago. Verle sentir de un modo similar. Y todo lo demás son adheridos.