No te parece ridícula la cifra de 1.2 hijos por mujer española? O os poneis a parir o en unos años nos conquistan los moros, que ellos tienen 4 o 5 hijos
“U os ponéis”
En el fondo todo el mundo busca notoriedad, indignar, polarizar, polemizar, verter bilis para ganar atención. Dice cualquier idiotez y la gente en las redes sociales salta como resortes. Pérdida absoluta de energía. Sucede mucho, por ejemplo, con el feminismo, podría tomarse como una forma de educar con seriedad a las nuevas generaciones, pero al final se pierde todo en modas, salidas de tono, y mantras simplistas. Pasa con todos los –ismos, otro ejemplo es lo que sucede en Cataluña, polarizado entre constitucionalistas o soberanistas. Lo cual parece que implica ser facha o independentista. Es como si no tuviéramos tiempo para gestionar tanta información, vamos de aquí para allá regurgitando pequeñas ideas –de ahí el éxito de Twitter-, leyendo solo los titulares de los artículos de los periódicos. Blanco o negro, sin matices, sin circunloquios, sin mesura.
Pero lo que más gracia me hace son los provocadores: sueltan cualquier gilipollez, y la gente muerde el anzuelo, y se pierde en insultos, respuestas más o menos ingeniosas, simplificando también su respuesta emocional. Cuando lo lógico sería ignorar todo lo que no te gusta o es una evidente llamada de atención vulgar y tóxica.
La indiferencia como síntoma de inteligencia.
En el fondo todo el mundo busca notoriedad, indignar, polarizar, polemizar, verter bilis para ganar atención. Dice cualquier idiotez y la gente en las redes sociales salta como resortes. Pérdida absoluta de energía. Sucede mucho, por ejemplo, con el feminismo, podría tomarse como una forma de educar con seriedad a las nuevas generaciones, pero al final se pierde todo en modas, salidas de tono, y mantras simplistas. Pasa con todos los –ismos, otro ejemplo es lo que sucede en Cataluña, polarizado entre constitucionalistas o soberanistas. Lo cual parece que implica ser facha o independentista. Es como si no tuviéramos tiempo para gestionar tanta información, vamos de aquí para allá regurgitando pequeñas ideas –de ahí el éxito de Twitter-, leyendo solo los titulares de los artículos de los periódicos. Blanco o negro, sin matices, sin circunloquios, sin mesura.
Pero lo que más gracia me hace son los provocadores: sueltan cualquier gilipollez, y la gente muerde el anzuelo, y se pierde en insultos, respuestas más o menos ingeniosas, simplificando también su respuesta emocional. Cuando lo lógico sería ignorar todo lo que no te gusta o es una evidente llamada de atención vulgar y tóxica.
La indiferencia como síntoma de inteligencia.
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