[C] đ Tal vez no era el mejor pintor, pero ella era la mejor musa de todas. đ
Su cabeza descansaba sobre la almohada mientras que sus rizos rebeldes cubrĂan parte de su rostro que no tarde en quitar. Sus ojos estaban cerrados, su respiraciĂłn era tranquila y podĂa observar como su descubierto pecho subĂa y bajaba tranquilamente, al ritmo de su respiraciĂłn. Creo haber estado horas viĂ©ndolo dormir, acariciando su cuerpo como si fuera hecho de cristal, besando sus rojizas mejillas cada dos por tres para obtener de Ă©l una sonrisa y hasta un ronroneo de placer porque estaba seguro que podĂa sentirme. Poco a poco me acerque a sus labios, depositando un corto beso que hizo que mi corazĂłn comenzara a latir mĂĄs de lo normal. Acto seguido, mis manos viajaron hacia todos sus tatuajes, dibujando el contorno de estos con las yemas de mis dedos rogando que no se despertase para poder seguir con mis caricias pero como si me leyera la mente, sus ojos se abrieron algo cansados y me miraron. SonriĂł como un niño para luego abrazarse a mi cintura y dejar muchos besos en mi cuello antes de volverse a quedar plĂĄcidamente dormido. Estaba en compañĂa de un ĂĄngel, y no podĂa ni querĂa dejar de observarlo. Me acerque lentamente a sus oĂdos y susurre Si algĂșn genio me diera la oportunidad de elegir un momento de mi vida en el cual quedarme para siempre, seria en este momento. CongelarĂa el mundo para poder mirarte para siempre