Ese tipo de suposiciones no sirven de nada. No juzgo a nadie por si conoce o deja de conocer un poeta, aunque sea el que más me guste. Está claro que lo que busco en los demás es, sobre todo, que me hablen de aquello de lo que saben como si los conocimientos fueran objetos, como si los pudieran abastar con una sola mano. Aunque en el fondo sepan que es más lo que no sabemos que lo que sabemos sobre cualquier cosa. Solo pido esa confianza. Esté en un físico (por cierto, me viene a la cabeza el nombre de uno que es encantador), un escritor...
Estoy temporalmente de acuerdo con esa cita.
Falta un mes para las PAU, así que es como si hubiera acabado y, a la vez, no hubiera acabado bachillerato. Aunque este curso he suavizado mis ganas de entrar en la uni, ocupándome con el estudio y mis distracciones de siempre, sigo como cuando terminé cuarto de secundaria y me veía a mí mismo babeando a las puertas de la UB; ahora con más razón.
Gracias, ¿los has visto enteros?
No hago juicios morales a partir de eso. En definitiva, el único modo de clasificar las personas según su sabiduría dependería de la edad; está claro que un anciano va a tener mayores conocimientos que un joven aunque este lleve toda su infancia y adolescencia leyendo primero a Poe y luego a Dostoyevski.
Es bueno saberlo. Creo que un lector español podría comprender lo que escribo en catalán con bastante facilidad; de hecho, en mis textos en castellano ya hay una cantidad de calcos y estructuras del catalán que acostumbrarían a cualquiera a la "llengua".
Si la cuestión es tener algo en la boca, prefiero los caramelos. He pasado por fases de adicción a los Ricola de regaliz, a los de miel y a los Solano de crema. Prefiero no probar los de café por miedo a una recaída.
¿Tú dirías que quedan pocas personas? No sé si creerte. Los nuevos soportes afectan tanto la escritura como la lectura, pero, más allá de los cambios que puedan venir dados por esto, sigo encontrando personas apasionadas o simplemente interesadas en conocer a través de los libros. Tendríamos que desear ser ignorantes para que desaparecieran escritores y lectores.
Ni sabía que ese señor también escribe libros.
Siempre he puesto el surrealismo por delante de cualquier otro, aunque la exposición que hay ahora mismo en la Fundación Mapfre me ha gustado demasiado como para que ahora no dijera nada sobre el postimpresionismo. Algunas de las pinturas expuestas demuestran que la búsqueda visual en la que ahora se meten algunos cineastas vanguardistas ya empezó a finales del XIX. Quizá artistas como Cézanne (de quien muchos de ellos aprendieron) fueron los primeros en girar el ojo hacia el ojo mismo y preguntarse por su naturaleza; es un planteamiento que tiene mucho de científico, no creo que antes hubiera sido posible.
Estos últimos meses he ido cambiando algunas de mis opiniones, como esa misma. Quizá me haya empujado a ello que me diera cuenta de que dormir menos de seis horas estaba afectándome en el cabeza. Ahora ando buscando el punto ideal.