Vivimos en una sociedad machista. Crecemos inmersas en ella y muchas de las cosas que aprendemos lo son. Una mujer no puede considerarse machista porque el sistema nunca va a beneficiarla, por lo que se puede decir que está alienada.
Una mujer puede ser machista, lo que no puede ser es opresora porque, como dices, el sistema no la beneficia. Pero la victimización es una forma pasiva de machismo, y usar el término «alienada» tan a la ligera es estúpido.
Una niña indígena que quedó embarazada a los nueve años por su esposo —impuesto por la tribu y sus costumbres— que quiera que su hija, que podría ser su hermana menor, se case a los cinco y comience a ser sodomizada, es una niña alienada. Una víctima de cualquier religión que fomente la opresión femenina —que, sorpresa, son todas—, es una persona alienada. Frida Kahlo era alienada —y por tanto el peor de los ejemplos a seguir, como hace la media del colectivo adolescente que milita—; Margaret Thatcher no. Una mujer asiática víctima de la asian fever, una mujer negra víctima de la fetichización de su raza, una mujer gorda víctima de la hipersexualización de su contextura, está alienada.
Una mujer cisgénero blanca, heterosexual y de clase media, no. No está alienada. Porque si bien ser mujer le pone en el papel de víctima del patriarcado, los otros factores le permiten hacer la diferencia, dado que puede usar sus privilegios para cambiar la situación.
Vivimos en una sociedad sexista, por lo que existen mujeres sexistas. Invisibilizarlas no hará más justa la causa, y admitir el error que representa su existencia no le quita méritos tampoco. Que no sean una mayoría no anula su influencia.
Un abrazo.
Una niña indígena que quedó embarazada a los nueve años por su esposo —impuesto por la tribu y sus costumbres— que quiera que su hija, que podría ser su hermana menor, se case a los cinco y comience a ser sodomizada, es una niña alienada. Una víctima de cualquier religión que fomente la opresión femenina —que, sorpresa, son todas—, es una persona alienada. Frida Kahlo era alienada —y por tanto el peor de los ejemplos a seguir, como hace la media del colectivo adolescente que milita—; Margaret Thatcher no. Una mujer asiática víctima de la asian fever, una mujer negra víctima de la fetichización de su raza, una mujer gorda víctima de la hipersexualización de su contextura, está alienada.
Una mujer cisgénero blanca, heterosexual y de clase media, no. No está alienada. Porque si bien ser mujer le pone en el papel de víctima del patriarcado, los otros factores le permiten hacer la diferencia, dado que puede usar sus privilegios para cambiar la situación.
Vivimos en una sociedad sexista, por lo que existen mujeres sexistas. Invisibilizarlas no hará más justa la causa, y admitir el error que representa su existencia no le quita méritos tampoco. Que no sean una mayoría no anula su influencia.
Un abrazo.
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Kilam.
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