Voy a imitar la colectiva del anónimo sobre las almas solo que con algo más material: ¿Le venderías un trozo de tu cuerpo al diablo? De ser así, ¿qué parte sacrificarías y a cambio de qué?
No se le vendería nada al diablo, nada de nada. Si me viera obligada a hacerlo sí o sí a cambio de algo muy serio (no se me ocurre qué realmente), creo que sacrificaría el apéndice, ya que no se me notaría en el exterior y se puede vivir sin él.