Un solo caso de agresión contra cualquier persona debería bastar para levantar nuestra voz de indignación.
Y no solo la voz, recuerdo que en una ocasión un sujeto estaba agrediendo a una damita a lo cuál tuve que intervenir y digamos que quería arreglar la situación de la mejor manera pero lanzó un golpe y le caí, (los golpes es el último recurso que tengo, vale decir agotando todas las posibilidades) le caí y le quedó de lección que jamás se debe agredir a las personas y menos a una damita
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Evelyn García Tirado
CarmenHC