Daile un refresquin a la moza.

Sip

---

"Puede que este libro no sea lo que la gente espera, puede que ni siquiera tenga éxito y solo lo lean mis amigos por hacer un favor.
O también puede que muchos adolescentes como yo, se sientan identificados y el libro sea un éxito debido a que exista gente como yo, que les gusten las cursilerias (ojo que no estoy llamando cursi a otra persona que no sea yo misma).
Pues bien, he escrito este libro porque necesito liberarme de una carga, esa carga tiene nombre, amor, cuatro letras que pueden complicarte la vida.
El amor, eso que los guionistas de Walt Disney pintan tan bien, que siempre acaba con un final feliz.
Pues no, el amor, visto desde mis 16 años, es un asco. Puede decirse que no se me de nada bien, ya que no he tenido novio ni besos, hasta ahora.
El amor, eso que te puede hacer feliz y desgraciada, está repleto de lo mejor (relaciones, besos, abrazos, momentos inolvidables...) y lo peor (rupturas, mentiras, lágrimas, corazones rotos...).
Puede que nunca lleguemos a comprender el amor, que en algunos momentos nos parezca como la Diosa Fortuna, a la cual llega a aludir Jorge Manrique en sus coplas como aquella que reparte suerte y desgracia a su capricho, aplicado en el contexto amoroso.
Para mi, el amor es un sentimiento que implica que dos personas, como mínimo, se quieran, y quererse, no es algo que se hace a la ligera como en esta sociedad en la que vivimos, en la que decir un "te quiero" es muy fácil y no se dice sintiéndolo con el corazón.
El amor verdadero implica que si haces promesas tipo "para siempre" o "no te olvidaré", se han de cumplir, no romperlas en mil cachitos.
Y bueno, creo que ya basta y mejor empiezo con lo que de verdad importa, la historia."

View more

Sip

---

"Puede que este libro no sea lo que la gente espera, puede que ni siquiera tenga éxito y solo lo lean mis amigos por hacer un favor.
O también puede que muchos adolescentes como yo, se sientan identificados y el libro sea un éxito debido a que exista gente como yo, que les gusten las cursilerias (ojo que no estoy llamando cursi a otra persona que no sea yo misma).
Pues bien, he escrito este libro porque necesito liberarme de una carga, esa carga tiene nombre, amor, cuatro letras que pueden complicarte la vida.
El amor, eso que los guionistas de Walt Disney pintan tan bien, que siempre acaba con un final feliz.
Pues no, el amor, visto desde mis 16 años, es un asco. Puede decirse que no se me de nada bien, ya que no he tenido novio ni besos, hasta ahora.
El amor, eso que te puede hacer feliz y desgraciada, está repleto de lo mejor (relaciones, besos, abrazos, momentos inolvidables...) y lo peor (rupturas, mentiras, lágrimas, corazones rotos...).
Puede que nunca lleguemos a comprender el amor, que en algunos momentos nos parezca como la Diosa Fortuna, a la cual llega a aludir Jorge Manrique en sus coplas como aquella que reparte suerte y desgracia a su capricho, aplicado en el contexto amoroso.
Para mi, el amor es un sentimiento que implica que dos personas, como mínimo, se quieran, y quererse, no es algo que se hace a la ligera como en esta sociedad en la que vivimos, en la que decir un "te quiero" es muy fácil y no se dice sintiéndolo con el corazón.
El amor verdadero implica que si haces promesas tipo "para siempre" o "no te olvidaré", se han de cumplir, no romperlas en mil cachitos.
Y bueno, creo que ya basta y mejor empiezo con lo que de verdad importa, la historia."

View more

Ahora lo único que sé es que no sé que habría hecho si hubiera sido mi hermana la que hubiera tenido la pulmonía en lugar de yo.
Ella siempre me sacó una sonrisa cuando más lo necesitaba, y ahora sigue haciéndolo, aunque tengamos las típicas peleas de hermanas.
Sé que si hubiera sido ella, yo ahora estaría jugando al fútbol, haciendo lo que más me gusta. Pero no me gusta pensar eso, porque yo amo a mi hermana, y por mi culpa, ella no pudo hacer gimnasia rítmica hasta hace 4 años, y me siento culpable, porque si yo no hubiese caido enferma, ella habría hecho gimnasia desde los 4 años, que es lo que más le gusta, y yo amo verla, no sabéis lo que sufro cuando actúa, cuando hace su lanzamiento del final tan característico y contengo la respiración.
Además, quizás esta enfermedad me ha ayudado a luchar por las cosas, a ser menos cobarde, porque sé cuanto valen las cosas y ser feliz.
Cuando estaba en el Hospital, me encantaba hacer sonreír a los niños pequeños, quizá de ahí me venga mi flojera ante las sonrisas.
Además aprendí que la vida es difícil, no es tan fácil como la pintan en los cuentos, ni es tan bonita. Todos sufrimos alguna vez.
Incluso ingresada en el Hospital averigüé mi vocación, desde entonces, todos y cada uno de los días sueño con ser una gran médica, una médica que procurará tener cuidado como para no causar daños a la gente.

---

De esta forma, esta enfermedad tuvo una gran repercusión en mi, tanto positiva como negativamente, pero no por ello dejaré de sonreír.

View more

Bueno, no es precisamente ninguna anécdota, pero quizás sí ha marcado mi vida...

---

Cuando tenía 7 años, pillé una especie de catarro, al igual que mi hermana. Ambas fuimos al médico, donde allí nos dijeron que yo tenía un simple resfriado y que se me pasaría, pero que mi hermana tenía una pulmonía pero que había que comprobarlo. Nos mandaron al Hospital de Cabueñes a que le hicieran unos tacs a mi hermana, y fui yo con ella. Allí nos atendieron en urgencias y nada más verme me auscultaron y me mandaron a mi en lugar de mi hermana a hacer unos tacs a la sala de rayos X.
En ese momento averiguamos que yo no tenía un catarro, sino una pulmonía bastante avanzada, así que me ingresaron ya con líquido en pleura, bastante tarde como para recuperarme completamente.
Estuve casi un mes en el Hospital, con suero en vena, pasé Nochebuena y Nochevieja allí, y el día 5 de enero, le di pena al médico que me trataba en ese momento (el cual en realidad no me trató para una pulmonía sino para una enfermedad de garganta) y decidió mandarme a casa para poder estar el día de Reyes con mi familia.
En ese momento mis padres no lo sabían, pero había sido la peor cosa que había hecho un médico, no tratarme correctamente y haberme mandado a casa sin curar.
En la primavera de ese año yo volvía a recaer, mis padres decidieron buscar remedios para que su hija mayor se curase e hiciera todo lo que quisiera (yo quería jugar al fútbol, pero no me dejaban porque siempre estaba enferma). Entonces comencé a ir a curanderos (hubo uno que dijo que tenía alergia a la leche y que tenía que beber leche de soja, hasta años más tarde estuve bebiendo esa asquerosidad, puaj), y a todo tipo de gente rara, pero yo no mejoraba, sino empeoraba.
Entonces mis padres decidieron buscar neumólogos, pero mi médica de cabecera les dijo que en Asturias no había ninguno, pero a ellos les dio totalmente igual.
Comenzaron los paseos por hospitales, donde nadie sabía que tenía. El Hospital 12 de Octubre, el Hospital de la Paz (o algo así), y muchos más.
Hasta que dimos con el Vall d'Hebron, en Barcelona, donde un gran médico decidió tratarme. Con él comencé a mejorar, mi madre y yo teníamos que recorrer cada 2 o 3 meses cientos de kilómetros, pero daba igual, mi salud era más importante para mi madre que el dinero que costase.
Comenzaron los estudios sobre mis pulmones, ambos estaban dañados, me hablaron incluso de operar los dos, pero suponía un riesgo, nunca lo habían hecho en niños, obviamente decidí no hacerlo.
Hasta ahora, 9 años más tarde, e incluso ahora, sigo sin saber que tengo, aunque se sabe lo que no tengo.
No tengo asma, ni fibrosis quística, pero sí tuve bronquiectasias y actelactasias, todo se averiguó haciendo estudios donde había infinitas posibilidades de saber que tengo, pero sigo igual de ignorante que al principio.

---

Como no me cabe sigo en otra pregunta... (1)

View more