«Semana de exámenes finales. Mi mayor temor: llegar tarde y no poder presentar el examen. Entré a un aula, ahí había dejado mi mochila, pero cuando entré, un grupo de jóvenes ya estaba presentando el examen. Pedí permiso para pasar por mis cosas y correr al aula donde me tocaba presentar, pero cuando me dirigía a la salida me caí. Todos se burlaban de mí, y yo no me podía levantar. Y como usaba falda, todos podían verme las piernas y por eso se burlaban de mí, yo hacía lo posible por no llorar, pero tenía mucho miedo de llegar tarde. Sentía como si estuviese pegada al suelo, y que entre más intentaba levantarme más me hundía, la profesora me gritaba que me levantase y que dejara de llorar, que ignorara las burlas y los gritos. Pero no pude, me quedé ahí en el suelo, arrastrándome para intentar llegar a la salida...»