Sábanas impregnadas a su perfume, ¿cuán recuerdos he de olvidar? Verano desvaneciente, llevándose su sonrisa que opaca de aquella noche, donde su mirar en silencio conformaban un —hasta pronto— aguardando que el destino volviese a reunirles. Corazón palpitante, volviendo a quebrantarse por no sostener de su mano antes de marcharse, ¿qué ha provocado no detenerle? Qué decepción le susurra al viento que no entregará su mensaje. Yace una flor reposando en su mano, ante cada soplido un pétalo desvanece en los cielos; reviviéndole su imagen, aquella mujer que sonrío apaciguando su dolor.