Sé que hay canciones
que no podremos volver a cantar
nunca más: yo también aprendí
la muerte
muy pronto,
poco tiempo después que tu.
Quizá por eso
o a pesar de todo sonríes
y te quitas las sandalias
y hundes tus pies descalzos
en los alcorques de los árboles.
Cuando el tiempo me arrastre en su lógica básica de incertidumbre, recordare que algún día te ame, recordare que siempre te pensé y sin argumentos lógicos siempre te espere.