¿Por qué no me escribís una especie de diario sobre vuestro fin de semana? Podéis contar lo que queráis y extenderos lo que os apetezca, ya sea poco o mucho. Acompañad ésto con una foto o gif de cómo estéis en el momento de escribirlo.
Sólo lo comparto contigo por ser tan bonita... ;)
En la madrugada de ayer escribí esto en mi diario:
"12/02/16
Lenta, imperceptible e inexorablemente, me estoy convirtiendo en el habitante de otra dimensión. Un muro infranqueable se fue erigiendo entre esta realidad y mi difusa y extrañada existencia. Solo podemos rozarnos, acariciarnos y contemplarnos fantasmagóricamente. Y golpearnos cruelmente (como cualquier enamorado) cuando tengamos que hacerlo. [...] No existe ya manera de comprender los trazos en que está bordada mi propia la existencia. El mundo, la suspicacia insondable de aquello que perciben mis sentidos, es todo ya demasiado abstracto, incorpóreo, erróneo. Cuando pienso en las razones que nos llevan a tragarnos la mentira cotidiana que nos vende el mundo llego a la conclusión de que le tememos al dolor. La realidad, la realidad auténtica, esa que no vemos en las publicidades, ni en las películas, ni siquiera en los noticieros, es una realidad macabra, perversa y dolorosa. Cobarde. Somos cobardes que aceptamos las ideas que nos imponen porque no toleramos el dolor. Porque preferimos la comodidad de un mundo de fantasías y de mentiras. Por suerte, ya he asumido ese dolor; y sé que, enfrentándolo, podremos rebelarnos e intentar un cambio. Pero sé que esto no ocurrirá, por supuesto, hasta que sea demasiado tarde. Los griegos conocían muy bien ese dolor y lo manifestaban a través del arte. A través de sus eternas tragedias. El mundo está ciego. Como Edipo... Y yo estoy cansado."
En la madrugada de ayer escribí esto en mi diario:
"12/02/16
Lenta, imperceptible e inexorablemente, me estoy convirtiendo en el habitante de otra dimensión. Un muro infranqueable se fue erigiendo entre esta realidad y mi difusa y extrañada existencia. Solo podemos rozarnos, acariciarnos y contemplarnos fantasmagóricamente. Y golpearnos cruelmente (como cualquier enamorado) cuando tengamos que hacerlo. [...] No existe ya manera de comprender los trazos en que está bordada mi propia la existencia. El mundo, la suspicacia insondable de aquello que perciben mis sentidos, es todo ya demasiado abstracto, incorpóreo, erróneo. Cuando pienso en las razones que nos llevan a tragarnos la mentira cotidiana que nos vende el mundo llego a la conclusión de que le tememos al dolor. La realidad, la realidad auténtica, esa que no vemos en las publicidades, ni en las películas, ni siquiera en los noticieros, es una realidad macabra, perversa y dolorosa. Cobarde. Somos cobardes que aceptamos las ideas que nos imponen porque no toleramos el dolor. Porque preferimos la comodidad de un mundo de fantasías y de mentiras. Por suerte, ya he asumido ese dolor; y sé que, enfrentándolo, podremos rebelarnos e intentar un cambio. Pero sé que esto no ocurrirá, por supuesto, hasta que sea demasiado tarde. Los griegos conocían muy bien ese dolor y lo manifestaban a través del arte. A través de sus eternas tragedias. El mundo está ciego. Como Edipo... Y yo estoy cansado."
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Angie LB.