“Se me ocurre ahora plantear una pregunta ociosa, ¿a ver, qué es lo que resultaría mejor? ¿si una felicidad barata o unos sufrimientos elevados? ¿A ver, qué sería mejor?” — Fiódor M. Dostoievski, Memorias del subsuelo. 2ª ed. Trad. Bela Martinova. Cátedra: Madrid, 2005., p. 193
Ambas cosas, la felicidad y el sufrimiento son para mí irrelevantes, secundarias, porque evocan una identidad ontológica que yo creo inexistente, ilusorio y vano. La actividad humana inherente a la curiosidad hacia el arte, la filosofía, la ciencia, etc., es mucho más prolífica y fecunda que esos dos estadios de la condición humana. Como una ex-novia me dijo en alguna ocasión: "ni todo el sufrimiento personal es mayor que el sufrimiento de el humanidad entera, ni toda la felicidad constituye la más noble virtud y la más álgida hazaña que podamos conquistar", o algo así parecido. Dios bendiga a esa mujer donde quiera que esté.