Yo creo que se le da importancia dependiendo de la situación y el estado emocional que tenga uno en dicho momento, yo misma me he dado cuenta en los últimos meses.
A mi me pasa como a ti, no sé que es lo que tengo que normalmente no suelo encajar, pienso que se debe a que siempre me toca estar con gente, por ejemplo, en clase, con las que no tengo nada en común, con vidas e ideales totalmente diferentes. Mucho "jiji jaja" y buen rollo en el día a día pero nunca nos llamaríamos para ir de cañas un día por la tarde, nunca nos vamos a hablar por whatsapp a preguntar "cómo estás" ni nunca nos vamos a interesar sobre la vida del otro.
Siempre me ha importado más bien poco, dado que yo tengo a mis amigos de toda la vida, que son prácticamente como mis hermanos, así que nunca le he dado importancia a lo que puedan pensar otros de mi o a tener un "grupo" ya sea en clase o en cualquier otra circunstancia. Siempre estoy deseando relacionarme, conocer gente nueva, pero si alguien no quiere conocerme o nada más verme me va a prejuzgar, no me voy a comer la cabeza, a las personas que verdaderamente merecen la pena y me lo han demostrado ya las tengo en mi vida.
Sin embargo, este año sí que le he prestado bastante atención porque, emocionalmente, no me he encontrado bien. Me he visto afectada por una serie de problemas y pérdidas familiares de las que aún me estoy recuperando, a lo que hay que sumarle que he estado viviendo sola lejos de casa, así que a esos seres queridos no los he tenido a mi lado para poder apoyarme. Ir a clase, por ejemplo, y ver caras largas me habría importado lo más mínimo en cualquier otra circunstancia, pero cuando estás decaído y no tienes ahí a tus amigos para ayudarte, necesitas un abrazo, un apoyo, una palmadita en la espalda de vez en cuando que nunca recibes. Empiezas a buscarlo en el resto de personas a tu alrededor con la esperanza de obtenerlo, con ilusión ingenua, esperando mucho de los demás cuando no es estás dando cuenta de que no los conoces y no tienes derecho a esperar a nada de ellos, y cuando no recibes nada a cambio te sientes mal contigo mismo. Es ahí cuando le empiezas a dar más importancia a situaciones de las que antes ni te preocupabas ni pensabas que algún día lo harían, al "no encajar" en un grupo, por ejemplo.
La conclusión de todo esto es que nuestro estado emocional nos determina muchísimo: nuestra manera de pensar, de actuar y, sobre todo, la manera en como reaccionamos ante los problemas y el grado en que nos pueden llegar a afectar. Cuando uno está decaído se vuelve débil, en todos los sentidos. Así que si alguien de los que esté leyendo esto se siente deprimido por no encajar en un grupo, lo que tiene que tener presente es que, como persona, vale mucho, y se tiene que querer por encima de todo.
View more