Entonces deje de importarte ya no contestabas mis mensajes con rapidez, ya no me decías te amo y en lo único en lo que ponías interés era en evitarme, trate de justificar tus ausencias con excusas ridículas, pero ¿por qué no me dijiste desde el comienzo que yo no te importaba? Seguías diciéndome que amabas, se convirtió en un juego esto de tenerme a tus pies, pero mi corazón ya no puede humillarse más.