Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices. Se lo dices a él. Y eres consciente de que hay respuestas que quizá deben cambiarse. Es preciso partir para volver a encontrar el camino.
Ya no te espero, puedes regresar a tu abandono, al lugar maldito que no debiste abandonar, ya no te espero, ya no te espero, sé que no llegarás, que los golpes en la puerta y los besos y la voz aquella que jamás pronunció mi nombre no han existido nunca.
''Si sus sentimientos siguen siendo los mismos, dígamelo, mi afecto y mis deseos no han cambiado, pero una sola palabra suya me hará silenciar para siempre. Sin embargo si sus sentimientos han cambiado debo decirle que ha embrujado usted mi cuerpo y mi alma y que la amo, la amo y la amo y que ya nada podrá separarme de usted''.