Quizás esa manía de nunca peinarme. Quizás esa manía de llevar siempre sweaters. Quizás esa manía de escuchar siempre la misma canción. Quizás esa manía de no llevar maquillaje. Quizás esa manía de ser peliona Quizás esa manía de odiar a la gente casi siempre Quizás esa manía de no ser igual al resto.
cuentanos una historia terrorifica.
No es muy buena, pero bueno ... e_é! Aquella noche, Paula y sus amigos se colaron en un colegio abandonado para jugar a la «ouija». ¡Querían invocar espíritus! Y estuvieron un largo rato. «Es tarde, una vez más y nos vamos», dijo Paula. Y comenzó una invocación que marcaría sus vidas para siempre. «¿Cuál es tu nombre?», invocó Teo en voz alta. «Alma», respondió alguien desde el Más Allá. «¿Quieres hablar?», siguió Teo. «Sí, pero aquí no, en el aula H». ¡Y desapareció! Todos se miraron extrañados, pero buscaron el aula. Estaba en el sótano. «Alma, ¿estás ahí?», dijo Paula. «Sí, estoy aquí», contestó. «¿Por qué nos has traído aquí?», le preguntó Paula nerviosa. «Para mi venganza». ¿Qué? Los chicos se asustaron, tiraron la «ouija» e intentaron huir, pero la puerta estaba cerrada. De repente, sintieron un escalofrío y entonces vieron a una mujer con la cara quemada y ensangrentada. Era demoníaca... El conserje encontró a los chicos aterrorizados al día siguiente. Ya recuperados, descubrieron que aquella mujer había muerto en un incendio, porque nadie bajó al sótano a salvarla, a liberarla...