¿Qué no volverías a hacer nunca más?
No te he soltado, pero tampoco quiero que te sientas atado, duele mucho mi amor, duele mucho… ¿Sabes por qué duele?, por la misma razón que a mí me duele, porque aún nuestro corazón sigue latiendo, el mío no pretende rendirse, no quiere callar lo que siente, no quiere vivir de recuerdos que aún no desaparecen, porque aún viven dentro de mi mente.