44. I sit here and wonder about you.
Desde que llegaste a mi vida lo bueno o lo malo había quedado atrás, sólo estaban las aventuras que nos esperaban en el futuro; porque siempre conseguías que el pasado y el dolor quedaran en el olvido. Me cuidaste y me amaste como nadie lo ha hecho nunca, jamás olvidaré las noches de risas, de maratones, de lectura, los regalos, los libros, las fotos, los mensajes, los gritos, las peleas. Así como la angustia, los momentos de desesperación, de pérdida y llanto. A pesar de lo malo hiciste todo por verme feliz, incluso el renunciar a mí para que yo estuviera con la persona que amo.
Sin embargo, tu partida dejó una herida que no he podido cerrar. Comencé a sentirme incompleta, pero aún tenía ese pilar que dejaste para mí, para cuando no estuvieras, un pilar que hoy ya no está. Porque desde ese 11 de enero todo comenzó a venirse abajo.
Los buenos comenzaron a hacer cosas malas o cosas que parecían malas; las traiciones, las mentiras, los engaños, el dolor y las malas intenciones llenaron nuestra vida. Y poco a poco me fui hundiendo en esa oscuridad de la que hoy no puedo salir.
Ya no puedo respirar el aire que hoy a ti ya no te hace falta. Me cuesta levantarme, caminar o seguir; ahora todo duele más, se siente mal. Me paso las noches imaginando, ¿Qué dirías si estuvieras aquí? ¿Qué harías? Necesito escuchar tu voz diciendo todo va a estar bien, porque ahora la de los demás se siente como ruido, uno que quiero silenciar porque no lo tolero más.
Querido Fran, hoy te necesito una vez más.
Sin embargo, tu partida dejó una herida que no he podido cerrar. Comencé a sentirme incompleta, pero aún tenía ese pilar que dejaste para mí, para cuando no estuvieras, un pilar que hoy ya no está. Porque desde ese 11 de enero todo comenzó a venirse abajo.
Los buenos comenzaron a hacer cosas malas o cosas que parecían malas; las traiciones, las mentiras, los engaños, el dolor y las malas intenciones llenaron nuestra vida. Y poco a poco me fui hundiendo en esa oscuridad de la que hoy no puedo salir.
Ya no puedo respirar el aire que hoy a ti ya no te hace falta. Me cuesta levantarme, caminar o seguir; ahora todo duele más, se siente mal. Me paso las noches imaginando, ¿Qué dirías si estuvieras aquí? ¿Qué harías? Necesito escuchar tu voz diciendo todo va a estar bien, porque ahora la de los demás se siente como ruido, uno que quiero silenciar porque no lo tolero más.
Querido Fran, hoy te necesito una vez más.
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