Te pueden arrebatar todo lo físico que tienes en la vida, pero lo que aprendes, lo que sabes, es eterno. No hay cosa que sea más tuya que tu mente y tus pensamientos. Hay veces en que los estudios son molestos y tediosos, pero cuando recuerdas que gracias a estos, en un futuro, podrás ayudar a las personas y aportar tu grano de arena al mundo, sabes que todo ese esfuerzo y horas de sueño perdidas valdrán la pena. Porque no imagino cosa más linda que un pequeño niño sonriente diciéndome: "Gracias, Doctora"