Matías.

Primero que nada tendrían que saber que soy un hijo de puta, realmente no me importa lastimar a las personas, soy frío, egocéntrico y siempre estoy tratando de sacar provecho de la gente con la que me junto. Nunca me he abierto a nadie es por eso que nunca nadie me ha querido más allá de lo casual. Soy alguien que no necesita de otras personas para poder ser feliz. Con todo el mundo estoy a mano,
no le debo nada a nadie. Realmente conocer a otras personas es algo que no me interesa dado que como nunca me la juego por nadie nunca me desilusiono y tampoco me voy a sentir mal cuando alguien ya no esté, cuando alguien me falte.Yo sé que para este punto muchos van a decir que yo soy alguien muy vacío, muy simple. Pero quédense tranquilos, yo ya pase por su situación, yo también creí que todo se podía, que todo el mundo tenía lo que se merecía pero después me toco madurar. Después entendí que es mejor vivir para uno mismo, porque hoy en día la felicidad se logra individualmente, los demás solo están para acompañarte en momentos, nada real. A grandes rasgos se podría decir que mi mayor cualidad es la insensibilidad, pero ésta la desarrolle gracias a mi sinceridad. El mundo es muy loco ¿no? Todo tiene su contradicción, no se puede ser honesto si no se daña a nadie, así como se ama con todo el corazón también te va a tocar odiar de la misma manera, y así como me estas acusando de loco ya te va a tocar de que te pongan al límite. Es por eso que desarrolle un grado de individualidad tan grande que no me deja pensar en nadie más que no sea en mi mismo, gracias a esto logre desprenderme de todo tipo de relaciones tanto amistades, noviazgos, familia, no me importa nadie. Hasta mis propios viejos se amargan cada vez que me ven. Siempre estoy fingiendo, soy increíblemente falso. Nadie realmente sabe cuales son mis intenciones, y siempre estoy vendiendo una imagen de mi mismo que no es verdad. Aveces digo cosas que no pienso simplemente para ver cual es la respuesta de la otra persona y así poder sacar mis propias conclusiones. Me gusta manipular a la gente digamos. Me encanta que me presten atención, es por eso que recurro a hacerme indiferente, siempre estoy tratando de hacerme el más canchero, el más piola, no me importa el costo, simplemente quiero poder encajar en un grupo de personas.

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Tantas cosas se esconden dentro de cada uno de nosotros. Tenemos detonadores que hacen que esos secretos regresen a nosotros. Momentos esporádicos del día donde nuestra mente se va a aquello que tratamos de ocultar con tanto ahinco. A veces nuestros secretos son nuestros sueños. A veces lo que más anhelamos es lo que nunca decimos. ¿Por qué nos dará tanta pena o miedo decir aquello que queremos más que nada? ¿Por qué no podemos ser libres de expresar lo que soñamos? Éste peso cae sobre nosotros en puntos determinantes, como en la madrugada. Pensamos tanto en lo que queremos, en lo que podemos hacer para lograrlo, en lo que queremos gritar y hacer, y el miedo parece irse por un instante, haciéndonos pensar que tal vez las cosas pueden cambiar, que de ahora en adelante tú vas a hacer que todo cambie y que el mundo gire a la dirección que quieres. Pero no dura más que un momento cuando debería de durar toda una vida. Las realizaciones llegan de manera absurda e incluso a veces de manera deprimente. A mí casi siempre me llegan cuando termino de leer un libro. A algunos les llega con un trago en la mano, a otros con música o películas. Mi sueño es escribir. Escribir para mí y ya, y aún así me da miedo. Si pudiera hacer una pregunta que sé que sería contestada sólo con la verdad preguntaría, ¿cómo quitarme el miedo de vivir? Si sigo de éste modo, jamás voy a lograr ser feliz.

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