Hola (Demi o Melen). ¿Qué forma más austera de empezar una carta para mi ídolo, no? Supongo que es porque me dejas sin palabras, cada letra tuya que escucho, me deja sin palabras, y ver como has superado tus problemas del pasado me hace ver que aunque me tropiece con una o mil piedras que están en medio de mi camino, tengo la obligación de levantarme, por mí y por toda la gente genial que me rodea. Simplemente, sólo puedo agradecerte lo que involutariamente has hecho por mí, sin tu saberlo me has ayudado en mis mejores y peores días, me has sacado una sonrisa cuando más lo necesitaba, cuando estaba hundida, tú me ayudabas a levantarme. Gracias por darme las fuerzas que muchas veces ni yo misma tengo. Gracias, gracias, gracias. Te quiero.
Adoro ese documental, completamente. Me hizo ver (más aún) cuanto había sufrido Demi, y todo lo que le había costado superar su problema y pude observar lo fuerte que está siendo desde que salió de rehabilitación, diariamente. Es una guerrera, y no hay ninguna duda sobre ello.