Lo mejor es que vives un poco más tranquilo y no sientes que por salir te van a robar cada vez que pasa una moto o alguien a tu lado, aunque siempre hay que estar alerta ya no vives en ese constante miedo de que si saliste en la mañana no sabes si vas a regresar en la noche... Pero lo peor es estar solo, no tener a toda tu familia junta, no tener a tus amigos con los que estudiaste y te acostumbraste a salir un viernes y llegar el sábado a las 6, cocinar con tus amigas o irse de viaje juntas, ir a casa de una de ellas solo porque estabas aburrida, beber y jugar con ellos... Es complicado pero hay que adaptarse a la nueva realidad.