Nerea Castro

Dioooooooos*--*
Enana, acabo de levantarme y, como de costumbre, lo primero que he hecho ha sido pensar en ti. Desde que todo esto comenzó no hay día que no suceda, que no seas lo primero y lo último que pasa por mi mente antes de cerrar los ojos. Escribo estas líneas para decirte y demostrarte que te quiero. Que sé que tú a mí también, pero sobre todo las escribo para dejar claro que estoy convencido de que esta vez acabará bien. De que esta historia no tendrá final, y que algún día podré despertarme y verte al otro lado de la almohada. No sé si será mañana, la semana que viene o dentro de un año, pero estoy seguro de que pasará y de que ese día seré el tío más feliz del mundo. También aprovecho para decirte que mi actitud y mis pensamientos hacia ti han evolucionado mucho desde aquella primera vez que hablamos. Que ya no soy uno de esos chicos que te quería por tu cuerpo, y que ahora, más que un simple polvo te regalaría una vida entera. Admito que por ese entonces solo quería una noche de sexo contigo, solo quería acariciar ese culo perfecto y besar esos labios que me volvían loco, pero ahora... Ahora todo es más complicado que todo eso. Ahora cambiaría cualquier polvo, cualquier noche de sexo salvaje contigo por un paseo por la ciudad, por una tarde de cine como esas que tantas veces hemos soñado juntos. Todo ha cambiado desde aquellos días, ahora puedo decir sin temor a equivocarme que te quiero, que te adoro y que me muero por cada centímetro que conforma ese maravilloso cuerpo. Ahora puedo decir que estoy completamente enamorado de ti. Imagino que ya no hará falta que lo diga después de todo este testamento, pero sé que tus despertares no son los más lucidos de la historia, así que te lo digo por si acaso. Te esperaré. Porque con todos tus defectos y virtudes, abundando más las segundas, y con todos esos caprichos de niña pija, para mí eres y serás perfecta siempre. Espero que al despertar, y después de haber leído todo esto, tengas aún más claro lo muchísimo que significas para mí. Que las ganas que tengo de besarte, abrazarte, y sí, también de follarte, no son normales y que, aunque me raye y me canse de tanta espera, sé que tú mereces mucho la pena...

View more