No sabía si era amor de verdad, pero la verdad era que estaba muy acostumbrada a su presencia, me gustaba escucharlo reír, me gustaba que me abrazara y me susurrara al oído que me que me quería, me volvía loca que quitara el cabello de mi cara, podíamos mirarnos a los ojos mil horas y nunca nos aburriríamos, no sabía si esto sería para siempre pero yo estaba locamente enamorada de él.