Creo que fue Febrero del 2020 cuando me hice este tatuaje.
Estaba con un chico precioso y maravilloso, de quien compañía no pude disfrutar más (hasta ahora).
Mis amigues de entonces me preguntaban, ¿por qué no te lo quitas? ¿Por qué no borras toda su existencia de ti? ¿Por qué no dejas de usar sus pegatinas?
Y no lo hice porque no había ninguna necesidad. Porque no había hecho mal, más que el alejarse por algo que ahora voy a llamar circunstancias de la vida, pero que fue manipulación. Por qué iba a eliminar su existencia, cuando me hizo feliz ese periodo de tiempo. Cuando llegué a ver algo en él que en nadie más, y quería simplemente recordarlo como una experiencia más, y muy bonita. Me daba igual lo que hubiera pasado, qué hiciera con su vida. Yo solo quería que fuera feliz, y que nos recordaramos bien. Porque mal, no nos hicimos.
Me costó un poco entender que nadie me había abandonado, que eran cosas que podían pasarle a cualquiera. La gente viene y va, duela más o menos. Hay casos en los que se quedan. O puede que se vayan y vuelvan más tarde. Es decisión tuya permitirles la entrada o no, siempre valorandolo todo.
Yo le volví a dejar entrar. Una bonita amistad que al final derivó a lo que creo que estaba destinado, o eso me gusta pensar. Sigue siendo una preciosa amistad, solo que también es mi novio, mi prometido, y marido.
Las cosas pasan por algo, solo hay que dejar que todo fluya, sin presiones. No sirve de mucho guardar rencor, uno se suele sentir mejor cuando deja las cosas ir, llevándose un bonito recuerdo. No eres débil por ello. Yo fui muy fuerte. Llorar no es de débiles, ni sentir el corazón roto, ni recordar con cariño a alguien, ni desearle lo mejor aún amándole.
Mi chico siempre me dice que lo que él podría perfectamente explicar en un párrafo y en una línea, yo lo escribo en 500. Y no le falta razón.
Conclusión: no me arrepiento de mi primer tatuaje. Le amo de la misma forma que a la razón por la que me lo hice.
View more