La gente, las personas en general, nos equivocamos constantemente. Estás dando una segunda oportunidad en el mismo instante en que discutes con alguien y resuelves el conflicto en vez de sencillamente romper la relación. Me parece absurdo deducir que nadie merece segundas oportunidades y que quien las merece no te da razones para dar las, cuando absolutamente todos la cagamos. Y podemos hacernos responsables de nuestras cagadas y meteduras de pata y pretender arreglarlo o respetar la decisión ajena de no hacerlo, pero desde luego también cada uno tiene que hacerse responsable de las expectativas que pone sobre el otro. Si tú me decepcionas evidentemente será por algo, pero habrá que ver si es porque realmente has hecho algo mal o porque sencillamente no has llegado a donde yo quería que llegases sin ser consciente de que quizá simplemente no podías.
Dar o no dar una segunda oportunidad es valorar qué te aporta esa persona, qué no, si compensan las ganancias a nivel personal con respecto a todo lo demás y valorar el error que ha cometido. Asumir que todo error conlleva de forma directa al rechazo no me parece objetivo ni crítico en lo más mínimo.
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