—Es lo único que sabe todo el mundo, deberías conocer a uno de ellos que te contara más~. —respondió sin borrar la pequeña sonrisa que se había formado en sus labios.
Y es que los elfos no podían considerarse tan famosos como otras distintas criaturas que salen en los cuentos fantásticos. Tales como las hadas o las sirenas, por poner varios ejemplos.
Además, también era una suerte poder cubrirse el las orejas con el pelo, sin duda las características que más destacaban en los de su especie. O bueno, podría parecer un lunático que se operaba partes de su cuerpo por pura estética.
—Y no molestas, tranquilo. De hacerlo no me hubiera ofrecido a que te quedaras en mi casa, ¿no te parece? Anda, vamos antes de que se haga más de noche aún —dijo haciéndole un gesto con su pálida mano para así comenzar a caminar.
Se movía con bastante seguridad por el bosque, a pesar de lo poco que se veía. Estaba bastante acostumbrado a moverse por la naturaleza, y sobretodo por esa zona en concreto. No obstante le seguía el paso al humano, pues no quería que se tropezara ni nada del estilo.
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