— No quería asimilarlo, era la 1:34 de la madrugada y se me hacía imposible creer lo que me había dicho. Él sólo me había marcado llorando, con la voz ronca y entrecortada, para decirme que tendría que salir del país porque lo habían amenazado con matarme si no lo hacía, siempre le dije que odiaba su maldito trabajo pero jamás me hizo caso, y ahora yo, estoy completamente sola, pero no se iba a quedar así, no podía terminar esto con una simple llamada. Me levanté de mi cama lentamente con la esperanza de tener fuerzas suficientes para manejar hasta su departamento sin llorar, sequé mis lágrimas con las mangas de mi suéter mirándome al espejo, me recogí el cabello en una coleta, deslicé el primer pantalón que encontré en mis piernas para cubrirlas del frío, me quedé con el mismo suéter que traía, poniéndome unas sencillas zapatillas corrí hasta la puerta de mi departamento saliendo decidida a mi objetivo. — Que pase lo que tenga que pasar.. — Susurré para mí misma en el tono más bajo posible, bajé las escaleras, caminé hacia mi coche abriéndolo y sentándome cuidadosamente, aun pensando en si lo que haría tendría sentido o sería una locura, al final, decidí que era una locura.. pero no me importó, yo lo amaba y nada ni nadie me detendría de verlo aunque fuera por última vez. Encendí el coche y lo aceleré a todo, tenía que llegar lo más rápido que pudiera, gracias a Dios era de madrugada y no había tanto tráfico. Pasaron minutos, quería llorar a mares pero no me lo permití, tendría tiempo de sobra para eso después de.. — ¡Fíjate inútil! — Grité y levanté el dedo medio a un idiota que se cruzó un semáforo haciendo que casi chocáramos, volví la vista al camino y me puse a recordar todo lo que vivimos juntos, desde el día que nos conocimos hasta que él me dijo cómo se ganaba la vida.. Fue ahí donde el mundo se me vino abajo, nunca pensé que el amor de mi vida, el único que lograba hacerme sentir especial, fuera tal monstruo. Dejamos de hablar por meses en ese entonces, yo vivía en la depresión y fue un día 13 de noviembre cuando lo volví a ver, tan guapo como siempre, esta vez no pude resistirme y caí ante el tentador pecado. Volviendo al presente, ya eran las 2:23 y faltaban 2 minutos para que llegara al departamento — Por favor, que siga ahí —. Era una súplica que sólo yo podía escuchar, estacioné el coche y bajé rápidamente, no podía perder ningún minuto. Todavía tenía un duplicado de la puerta de entrada y su departamento, así que abrí la primera y subí corriendo las escaleras a todo lo que podía, busqué su puerta y con dificultad ya que me temblaba la mano, la abrí como pude. Para mi sorpresa, él ya no estaba ahí.. — Maldito sea —.
ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ{
http://wrttn.in/69d44d }ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ
View more