Decime Alan .

Yo considero que uno no se hace persona hasta que ha conocido a un niño especial. La sonrisa de un Son niño que por motivos ajenos a su voluntad nació con un defecto congénito, es la alegoría de la lucha del hombre ante las adversidades. El amor de un niño especial es tan especial como él, no existe nada más gratificante en el mundo cuando un niño que apenas habla, que tiene poca capacidad visual y cuyo razonamiento es lento y concreto, te abraza y después de hacerte un dibujo lleno de colores, te dice que te quiere. No sé ni conozco algo que eleve el alma más allá de los confines de lo etéreo que eso.

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Les decimos especiales no por sus deficiencias, les decimos especiales porque sencillamente nos hacen conocer el amor genuino, la entrega, la nobleza y el compromiso con el amor. Cuando ese niño especial se sienta con sus manitos regordetas, sus dificultades de movimiento y sus propias limitaciones a pintar un pajarito, no hay nada más allá que el hombre y su arte, que la creación haciendo apología de que lo humano tiene mil facetas y que el corazón no conoce de limitaciones. Un niño especial lo es porque te convierte en especial a ti cuando lo amas.

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Es esa mirada tierna, diciéndote que “aquí estoy”. Ese ser servicial, siempre dispuesto a ayudar y propenso a la sonrisa, quien te enseña que lo normal es solo una forma de decir que lo especial vino a nuestras vidas a hacernos mejor personas. No conozco yo un individuo que haya tenido contacto con un niño especial que no se haya motivado a abrazarlo y decirlo “cuanto me nace quererte”. No es lástima, eso sería un insulto, es admiración, sobre todo porque las adversidades que sortean nos hace pequeños a nosotros, que creyendo que lo tenemos todo, el niño especial te muestra cuanto te falta. Son esas diferencias las que marcan la diferencia con el niño especial, las diferencias entre la persona que se cree autosuficiente y actúa en concordancia y el niño que con limitaciones de muchas índoles te muestra la vulnerabilidad de lo físico y la fortaleza de lo espiritual. El niño especial es especial porque es un maestro que viene a enseñarnos a nosotros los ignorantes lo que es vivir en concordancia con la magnificencia del universo. En los ojos achinados del niño especial vemos reflejado el rayo de luz de la esperanza de que todo pueda ser mejor a pesar de las adversidades.
 
Ver al niño especial como un enfermo es no entender que el enfermo sos vos. Ver al niño especial como un retardado es reafirmar que el retraso lo tenes vos. Ver a un niño especial como el milagro ante la adversidad, la esperanza ante el infortunio, el optimismo ante la negación, es realmente comprender el sentido de lo humano y lo inefable de nuestras seguridades. Ver al niño especial jugando con plastilina es observar a Dios dándole la oportunidad a la creación genuina a ese ser que solo sabe de amar y sonreír ♥

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