De pequeña. De mayor entre otras historias edité un libro a un señor mayor... Las primeras poesías que escribió a su mujer eran perfectas las más bonitas que he leído en la vida pero las últimas.... Horribles, sin sentido, se me quedaban las ganas de trabajar... Hasta que me enteré de que el hombre tenía alzheimer, que le quiso dedicar ese libro a su mujer para cuando ya no la recordarse que supiese lo que la amaba y estaba sin terminar porque murió pero lo acabaron los hijos... Pude leer la evolución de la enfermedad!! No he llorado tanto en un trabajo en la vida!!