#palpitaciones

Hace que no voy... Siento nostalgia por esto, que lo sepas 😭

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La verdad es que creo que esto lo he contado más de una vez pero bueno, diría que fue la peor experiencia que he tenido. El caso: me invitó un amigo a las fiestas de su barrio, hace 4 años, y yo fui encantada porque además pasé la noche en su casa con tal de no volver a las tantas a la mía (vivimos bastante lejos). Al llegar algunos de sus amigos eran bastante pesaditos porque pensaban que nos íbamos a liar y me hizo sentir muy incómoda (este chico estaba por mí y creo que lo sabían). Lo peor fue cuando una de esas amistades nos ofreció un p0rro. Yo sólo había fumado cach1mba y dado una calada de vez en cuando a algún cigarro normal y corriente, nada más, pero acepté porque mi amigo dijo que no pasaba nada. Se supone que debería quedárselo él en su casa, pero entre unas cosas y otras me lo encasquetó a mí y me lo tuve que llevar a mi casa, a riesgo de que mi madre me pillara y me liara la de Dios es Cristo (siempre limpia mi habitación cuando le da la gana y ser tan random en esa situación era un peligro). Me causó mucha ansiedad la situación, ngl. Y bueno, un día decidí probarlo dándole una calada o dos y empecé a sentirme MUY mal, con palpitaciones y todo. Me tuvieron que llevar al hospital y mi madre se acabó enterando, y casi me deja sin ir al concierto de Katy Perry en Barcelona por esto. Me hundí mucho y dejé de hablar con él poco a poco porque realmente me afectó, además, una amiga muy cercana me dijo que seguro que ese p0rro llevaba algo más fuerte aún por ahí

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Siento el testamento 🥲

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Eran contadas las situaciones que a Zoro le pusieran los pelos de punta si es que las había, pero la fría mirada de Rebecca lo había conseguido con honores. Lo que sintió se mimetizaba perfectamente con el frío que provocaba la maldita nieve, que no dejaba de llover sobre su cabeza, hasta el punto de acumularse si se quedaba demasiado tiempo sin moverse.

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El espadachín no temió ni un momento frente a la manada de lobos, a pesar de que superaban por lejos la media de ese animal. No podía negarlo; el hecho de que la morena acudiera en defensa de esos lobos lo engrandecía: quería decir que Rebecca creía que fácilmente podría hacerles daño y por lo tanto, consideraba su fuerza. Pero este era momento de guardar sus espadas. Tenía muchas dudas respecto al vínculo entre esa mujer y esos animales, y por cierto, ¡¿qué clase de tonta observación había hecho segundos atrás?! Como si le importara. Él era consciente de su propia fuerza y no necesitaba más.

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Rebecca, por su parte, no le dio tiempo a distracciones y comenzó la marcha, dirigiéndose hacia el peliverde con una hostilidad que permanentemente le recordaba su discusión anterior y, por supuesto, su discusión con Nami. Zoro gruñó y jaló de sus propios cabellos, antes de apresurar el paso detrás de la morena:

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- ¡Oye! ¿¡Puedes parar?! - Le reprochó, sin siquiera sospechar el estado en el que estaba a punto de entrar su compañera. Palpitaciones, temblores, sudores fríos. La respiración de Rebecca se había descontrolado mientras Zoro, detrás de ella, seguía bufando. Ella decidió apurar el paso, y también maldecir. El espadachín notó la furia con la que la morena se había colocado la capucha de su abrigo y enseguida presintió que algo no estaba bien. Algo, además de la relación entre ambos:

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- Oe... - Rebecca no se detenía hasta que resbaló con la nieve y el viento se llevó su capucha, liberando su impresionante melena platina. Zoro se detuvo en seco; parpadeó un par de veces.

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- ¡O-Oe! - Parecía que el peliverde se había quedado sin palabras, pero atinó enseguida a desenvainar otra vez sus katana. ¿O debía correr a auxiliar a su compañera?

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Esa... ¿Esa era Rebecca?

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- ¡¡¡NO TE ACERQUES!!! - Vociferó, casi endemoniada. Zoro, inmóvil, nada más pasó de preocupado a serio. Pero acortó la distancia entre ambos, hasta que:

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- ¿¿¿¡¡P-Pero que demo-...???!! -

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Se avecinaba una tormenta de nieve, y no era necesario ser Nami para presentirla. La navegante se abrazó a sí misma, mientras corría.

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- ¿¿Se ve algo?? - Preguntó, levantando la voz. El viento rompía demasiado fuerte y le costaba oír a sus compañeros.

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Franky iba a darle una negativa, hasta que Sanji impuso su voz sobre la tormenta: - ¡Por allá! - El rubio estaba sumamente concentrado en su haki para sentir un atisbo de la presencia de cualquiera de sus dos compañeros, pero las vibraciones en el aire no le estaban gustando nada. - ¡Hay qué apresurarse, andando! -

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- Espera un poco más, ¡Reb! -

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Uy! Eso tiene telita...! Jajajaja!! 😆
Yo era una solterona de 32 años muy "orgullosa" de serlo porque mi valores o principios morales no encajan con los de la sociedad actual de este siglo. 😆
Cuando conocía a un chico que se interesaba por mi sólo tenía que decirle que quería llegar virgen al matrimonio y salía huyendo. Jajajaja!! 😂
Hasta que conocí a un "chaval" de 43 añazos que no se asustó. Jejeje!
La historia es muy larga, pero él estaba muy desengañado de las mujeres y de vuelta de todo en general. Y nos hicimos los mejores amigos (de esos que se lo cuentan TODO) durante unos 9 meses hasta que un día me dijo que se había enamorado de mi como nunca antes de nadie y que estaba dispuesto a esperar por mi lo que fuera necesario. Estábamos en el vestíbulo de mi casa, en la puerta del ascensor y entonces me besó casi a traición y por sorpresa.
Me llevé tal impresión que salí huyendo escaleras arriba! Jajajaja!! 😂
Son cinco pisos y cuando llegué estaba medio mareada y con palpitaciones.
NUNCA ME HABÍAN BESADO.
Así que ni me acuerdo de si me gustó o no. Jajajaja!! 😅

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