ハートイス

No es un libro como tal, pero hace unos pocos días me llegaron los últimos tomos de Orange y pude por fin leerlo, porque estaba esperando a poder tenerlos todos para hacerlo. Y fue una muy buena decisión porque una vez que comencé, me costó muchísimo parar. Desde hace mucho tenía ganas de conocer esa historia, al inicio no quería ver el anime porque había escuchado muchas malas críticas pero me decidí a darle una oportunidad de todas formas, y aunque me gustó, en verdad sentí que había algo que faltaba. Había visto a muchísimas personas decir que el manga era un millón de veces mejor así que no me costó mucho decidirme a empezarlo y puedo confirmar totalmente lo que decían. El manga se me hizo precioso, la historia me gusta mucho en especial porque toca temas un tanto sensibles y de alguna forma me llegué a sentir identificada con los dos personajes. Me hizo llorar, sentir algo y me pareció magnífico.
Ahora, si hablamos específicamente de libros (y no mangas), el último que me llegó fue The darkest shade of magic de V.E. Schwab, que tengo muchísimas ganas de leer pero debo terminar algunos libros que aún tengo a medio leer antes de empezar con ese mundo.

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Creo que es peor que se termine aunque nadie tenga la culpa. Porque uno puede quedar con la constante duda en la mente de por qué pasó, por qué se terminó si no ocurrió nada malo en realidad, si las cosas se suponía que iban bien o podrían seguir estándolo. Porque a veces necesitamos algo o alguien a quién culpar, incluso si se trata de nosotros mismos, porque eso significaría que hay una razón, una justificación a lo que pasó, entonces las cosas no podrían haber sido de otra forma. Puede que duela más en un principio si adjudicamos la culpa a algo (alguien), pero a fin de cuentas, desde mi punto de vista es peor quedarse con la tortura de no saber qué fue lo que hizo que todo se viniera abajo. No saber de qué es lo que te arrepientes, cuál fue el problema, qué es lo que tuviste que haber hecho diferente. Pasar los días con ese constante pensamiento no es algo fácil de soportar.

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Cuando era pequeña casi nunca tuve la oportunidad de ir a ese tipo de lugares, entonces cuando sí podía, me emocionaba mucho, en especial por el hecho de poder ver y conocer animales que nunca antes había visto en persona. En ese tiempo lo disfrutaba, pero a la vez, no era consciente de los daños que causan y la manera en la que tratan a los animales. A medida que fui creciendo me fui dando cuenta y comencé a ver las cosas de una manera un poco distinta y ahora puedo decir con seguridad que no me gustan ese tipo de lugares. Sí los considero una forma de maltrato animal, no creo correcto que los animales deban sufrir solamente para el entretenimiento humano. Nosotros vamos, pasamos un par de horas ahí y lo disfrutamos, mientras ellos tienen que pasar toda su vida encerrados en un lugar pequeño y que (mayoritariamente) no cumple con las condiciones básicas que necesitan para poder sobrevivir bien. Los quitan de su hábitat natural y los separan de sus familias, en muchas partes no los tratan bien y los culpan y condenan cuando actúan por miedo y bajo su propia naturaleza. Muchos animales han llegado a morir por las pobres condiciones de vida que esos lugares les entregan. No lo puedo encontrar justo bajo ninguna perspectiva.

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