Daryl;

Tengo miedo a enamorarme. Me creo hijo de Cupido porque nací para amar, querer y aceptar, para dar y recibir la mayor parte de mi corazón. Y me he enamorado demasiadas veces, pero todas terminaron en un simple pasado al que me veo obligado recordar, ya que únicamente fue, y no será. Y es que una vez, hubo alguien, alguien que me hizo creer en que el amor era capaz, creer en que lo eterno existía, creer en lo que nadie cree. Supe querer con esa seguridad invadida por confianza, por saber que aquella persona era de las pocas reales que quedaban en este mundo. Parecía el opuesto a efímero, tenía fe, no me preocupaba por el mañana porque ese presente demostraba sinceridad, de aquella que te jura con los ojos el deseo de quedarse junto a ti. Una confianza tan segura, tan poderosa que en ningún momento podrías recibir el mal presentimiento del que pasará. El mal presentimiento de "No estarás más", "Esto es un simple amor adolescente de los que te enseñan, que te demuestran la cruda realidad del amor, que somos jóvenes ingenuos". Y como dije, finalizó. Aquel amor, tan soñado para los enloquecidos por alguien fiel, verdadero y con ganas de darlo todo, terminó. Y ahora, después de mucho tiempo de soledad, te das cuenta de una cosa: "Que miedo da volver a amar". Que miedo da enamorarse nuevamente, que te lastimen, que te mientan. No sentir esa seguridad, dudar de la nueva persona, que te juren con su alma y que en el fondo sea la mentira más malvada, que jueguen contigo, que no tengas paz, que dudes por el miedo, que el miedo se convierta en paranoia. Sonará negativo, pero como asusta. Saber que la anterior persona se interesaba en ti, daba todo, tú y solo tú eras su mundo. Que aceptaba tus defectos, se reía de tus idioteces, que simplemente era de esas personas con entusiasmo por amar. Y ahora, ahora ya nadie quiere hacerlo de verdad. Todos quieren ir de uno en uno, casi ni existe la idea de mantener algo seriamente como se debería. Que miedo, que miedo...

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