Porque de vez en cuando alguien me trae la bandeja con el almuerzo y las medicinas, y lleva un ojo morado o la frente hinchada con puntos de sutura, y dice: —Lo echamos de menos, señor Durden. O pasa alguien con la nariz rota limpiando con una fregona y susurra: —Todo marcha según el plan. Susurra:
no se