Y ahí estaba yo, perdida y sin una meta fija ni esperanzas ni sueños, todo por lo que había luchado se desmoronó en menos de un minuto frente a mis ojos, me había quedado a la deriva en un mar de tristeza y lágrimas. En realidad ya no buscaba nada, ni siquiera una respuesta del universo o de Dios para saber que estaba purgando en vida porque el dolor que traía en el interior de mi alma era tan grande que el infinito quedaba pequeño en comparación. Pero ahí estaba él, comprando todo lo que el creía que necesitaría para atrapar muchos peces en la tienda de pesca, con sus sonrisas deslumbrantes y sus ojos con pasión mientras buscaba que llevarse. Dios, en cuanto lo vi, el corazón se me aceleró y la respiración se me alteró muchísimo, puedo decir que mi cuerpo temblaba como gelatina cada vez que me hablaba y, ¡Jesús! De verdad era el hombre más bello que había visto.
Me invitó a salir a caminar después de la primera interacción que tuvimos y la verdad jamás me arrepentiré de decir que si, porque es el hombre que más feliz me ha hecho, que más me ha amado (quitando a mi padre). Es el hombre ideal para mí.
@BxastPrince te amo, bello caballero.