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El ruido del disparo ensordeció todo a mi alrededor, un dolor se agudizo en mi cuerpo y un calor corrió de mi vientre a mis piernas. Coloque mi mano en esa área especifica para poder darme cuenta que me habían disparado, que la sangre estaba ahí y que el chaleco no había servido de mucho. El ignoto sabía sobre nosotros así que probablemente el trabajara en la misma dependencia salvo por distintos departamentos y así obtener la información. Parte de mi pedía a gritos el desplomarme, el sucumbir ante las ganas de desmayarme y quizás morir en el proceso pero el maldito estaba ahí y estaba apuntándole a Mortimer, no me iba a perdonar que algo le llegase a pasar así que levante mi arma y con la poca fuerza que me quedaba tire a matar. Lo ultimo que pude ver que a aquel maldito bas.tardo caer al suelo para yo poder desplomarme igual, escuchando a lo lejos las suplicas de Sallow para evitar cerrar los ojos, para no sucumbir ante las ganas de dormir. Después de eso solo son pequeños momentos de mi vida, cuando era pequeña y nos disfrazábamos de policías, mis quince años, mi primer novio, el verano que decidimos acampar todos los días en el patio, la mudanza de Francia a Quantico, cuando entre a la escuela, mis amigos de infancia y adolescencia, mis ganas de querer cambiar al mundo y a la gente, la primera vez que dispare un arma, la primera vez que vi a alguien muerto. Las cosas importantes que no se olvidan, andar en bicicleta, el primer amor, el primer beso. Abrí los ojos por momentos, para darme cuenta que de estar en un lugar oscuro iba en una ambulancia, volví a cerrar los ojos y cuando tuve la fuerza necesaria para poder pestañear, vi luces. Muchas luces, pegadas en el techo. Voces que estaban en todos lados, manos que impedían que me levantara, mucho color blanco a mi alrededor y solo algo que se hacía notar. Sallow.