||Foto+frase|| 6♡.
Pareciera ser ayer, cuando solía sentarme en el parque a pensar en la vida y el amor, recuerdo que cada vez que veía una pareja me decía a mi misma - definitivamente eso no esta en tus planes ahora- solía reír y creer que no tenia sentido. Pero, acá estoy soñando y desvelándome por un ser común y corriente que al parecer ante mis ojos es perfecto. ¿Perfecto? Definitivamente no lo es, sus características reflejan al ser más detestado por mi alma. Es arrogante, maleducado, desagradecido, cobarde y de personalidad cambiante, cambiante como el color del cielo en invierno.
No tiene ni un punto en ser que sea perfecto, pero lo es. Logra desequilibrar mi mundo, sacarme de mis ideas y transformar mi vida en un hermoso desastre. Lo niego, y no me da vergüenza decirlo, no estoy enamorada, no puedo enamorarme de alguien que no es correcto, mucho menos cuando no he cruzado palabra. Pero mis ojos, mi corazón y mi debilidad ante su presencia me lleva a creer que si. Es de esas pequeñas cosas que ya no pasan, de esas diminutas casualidades, minúsculas coincidencias, de esos momentos que se aparecen una sola vez en la vida y les da por desaparecer. Cuando finalmente me convenzo de que no hay motivo para soñarlo, esta ahí, de pie frente a los dos escalones que nos separan y yo, me pierdo en el arte de su sonrisa y en su mirar.
Es imperfecto, pero algo me dice que no tan prohibido.
No tiene ni un punto en ser que sea perfecto, pero lo es. Logra desequilibrar mi mundo, sacarme de mis ideas y transformar mi vida en un hermoso desastre. Lo niego, y no me da vergüenza decirlo, no estoy enamorada, no puedo enamorarme de alguien que no es correcto, mucho menos cuando no he cruzado palabra. Pero mis ojos, mi corazón y mi debilidad ante su presencia me lleva a creer que si. Es de esas pequeñas cosas que ya no pasan, de esas diminutas casualidades, minúsculas coincidencias, de esos momentos que se aparecen una sola vez en la vida y les da por desaparecer. Cuando finalmente me convenzo de que no hay motivo para soñarlo, esta ahí, de pie frente a los dos escalones que nos separan y yo, me pierdo en el arte de su sonrisa y en su mirar.
Es imperfecto, pero algo me dice que no tan prohibido.