Inserta aquí, la parte que más te haya gustado de tu libro preferido.
Patch se quedó mirándome, como si no pudiera decir si yo hablaba en serio.
—¿Eso es todo? ¿Quieres terminar? Has tenido tu turno para dar tus explicaciones
que yo no comparto por cierto, pero ahora que me toca a mí, ¿se supone que
tengo que acatar tu decisión y terminar?
Me abrace los codos y me aleje. —No puedes obligarme a permanecer en una
relación que no quiero.
—¿Podemos hablar de esto?
—Si quieres hablar, dime que hacías en casa de Marcie ayer por la noche. —
Pero Patch tenía razón, no se trataba de Marcie. Esto es por lo que yo estaba
asustada y molesta con el trato que el destino y las circunstancias nos habían
dado a los dos.
Me volví para ver a Patch arrastrar la mano por su cara. Soltó una breve
carcajada, incrédulo.
—¿Si yo hubiera quedado con Rixon anoche, me habrías preguntado qué estaba
pasando? —Le espeté.
—No —dijo él, su voz peligrosamente baja—. Confió en ti.
Con el miedo a perder mi decisión si no actuaba de inmediato, golpeé su pecho
con las manos haciéndole dar un paso atrás. —Vete —le dije, con lágrimas en los
ojos que hicieron mi voz más áspera—. Hay otras cosas que quiero hacer con mi
vida. Cosas que no te implican a ti. Tengo la universidad y futuros trabajos. No
voy a tirar todo por la borda por algo que no está destinado a ser.
Patch se estremeció. —¿Es esto lo que realmente quieres?
—¡Cuando beso a mi novio, quiero saber que él lo siente!
Tan pronto como lo dije, me arrepentí. No quería hacerle daño, sólo quería llegar
a ese momento con la mayor brevedad posible antes de que me viniera abajo y
rompiera a llorar. Pero había ido demasiado lejos ahora. Lo vi rígido. Nos
quedamos cara a cara, ambos respirando con dificultad.
Luego salió, tirando de la puerta tras de él. Una vez que la puerta estuvo cerrada,
me desplome. Lágrimas quemando en la parte de atrás de mis ojos, pero no cayo
ni una sola gota. Sentía la frustración y la ira chocando con lo que sentía más que
cualquier otra cosa, pero sospechaba que eso es lo que capturo un sollozo en mi
garganta, cinco minutos después cuando todo paso lejos y me di cuenta del
impacto total de lo que había hecho, sentí mi corazón romperse.
—¿Eso es todo? ¿Quieres terminar? Has tenido tu turno para dar tus explicaciones
que yo no comparto por cierto, pero ahora que me toca a mí, ¿se supone que
tengo que acatar tu decisión y terminar?
Me abrace los codos y me aleje. —No puedes obligarme a permanecer en una
relación que no quiero.
—¿Podemos hablar de esto?
—Si quieres hablar, dime que hacías en casa de Marcie ayer por la noche. —
Pero Patch tenía razón, no se trataba de Marcie. Esto es por lo que yo estaba
asustada y molesta con el trato que el destino y las circunstancias nos habían
dado a los dos.
Me volví para ver a Patch arrastrar la mano por su cara. Soltó una breve
carcajada, incrédulo.
—¿Si yo hubiera quedado con Rixon anoche, me habrías preguntado qué estaba
pasando? —Le espeté.
—No —dijo él, su voz peligrosamente baja—. Confió en ti.
Con el miedo a perder mi decisión si no actuaba de inmediato, golpeé su pecho
con las manos haciéndole dar un paso atrás. —Vete —le dije, con lágrimas en los
ojos que hicieron mi voz más áspera—. Hay otras cosas que quiero hacer con mi
vida. Cosas que no te implican a ti. Tengo la universidad y futuros trabajos. No
voy a tirar todo por la borda por algo que no está destinado a ser.
Patch se estremeció. —¿Es esto lo que realmente quieres?
—¡Cuando beso a mi novio, quiero saber que él lo siente!
Tan pronto como lo dije, me arrepentí. No quería hacerle daño, sólo quería llegar
a ese momento con la mayor brevedad posible antes de que me viniera abajo y
rompiera a llorar. Pero había ido demasiado lejos ahora. Lo vi rígido. Nos
quedamos cara a cara, ambos respirando con dificultad.
Luego salió, tirando de la puerta tras de él. Una vez que la puerta estuvo cerrada,
me desplome. Lágrimas quemando en la parte de atrás de mis ojos, pero no cayo
ni una sola gota. Sentía la frustración y la ira chocando con lo que sentía más que
cualquier otra cosa, pero sospechaba que eso es lo que capturo un sollozo en mi
garganta, cinco minutos después cuando todo paso lejos y me di cuenta del
impacto total de lo que había hecho, sentí mi corazón romperse.