Es algo muy probable, ya que los frutos secos, al plantarlos, dan más frutos secos, que me lo dijo mi abuelo. Las nueces, por ejemplo, es una especie de fruto que salió pro primera vez de una manzana pocha.
Lista de características de los asnos que viven con la monserga de devolver el oro:
1. Asociar a todo un país el mismo grado de discriminación.
2. Tener un concepto extraño de "toda la historia".
3. Conocimientos históricos equiparables a los de una paloma, un feto de hipopótamo o no sé, una piedra.
4. Creer que España tiene una deuda con los países hispanoamericanos.
5. Creer que, de haberla, esa deuda se mide en oro.
6. Responsabilizar a los españoles actualmente vivos de lo que se supone que hicieron otros individuos hace siglos.
Algunas personas no sois más tonticas porque no entrenáis.
Si quieres que te devuelvan oro que a ti jamás te han robado, ven a por él, y a ver qué tal te sale.
Puedes ir poco a poco.
Por ahora, puedes conformarte con empezar a no ser basura inhumana. Suerte, pero más suerte le deseo al pobre chaval que tuvo la desgracia de encontrarse contigo.
Apuntado queda, señora.
Eso debes consultarlo en la web del Ministerio del Amor. Lo que yo tengo entendido es esto:
Normalmente, las leyes actuales dictan un mínimo de 8 días hábiles por cada mes de relación desde que se cumplimenta y entrega el formulario A-98 en el registro civil. Pero eso choca con ciertos puntos expuestos en el BOE del vigésimo mes del año 4.
Te paso enlace a más información:
www.dejendepreguntargilipolleces.flisflus
No me interesa mi la mía, me va a interesar la tuya, pedazo de parguela.
Que ese acto desembocara en la protección de alguno de mis seres queridos. Por ejemplo, verme en el escenario de que por mi culpa se vean amenazados por gente peligrosa a la que yo no pudiera detener ni impedir cumplir con sus amenazas. Algo así.
También podría llegar a hacerlo ante la certeza de que acabaré con la mente destruida por alguna enfermedad, Alzheimer o una profunda demencia senil. En esos casos alguien tendría que hacerlo por mí, aunque sería por previa petición mía (ya realizada), por lo que equivaldría a más o menos ser yo quien me quitara la vida.
Sumo situaciones de extremo sufrimiento físico. Si se da de forma continuada, claro está.
Me disfracé de inspector de Hacienda. Pedí dulces por las casas siguiendo una rigurosa guía que decía cuántos debía llevarme en función del patrimonio de cada familia. También me quedé la mitad de los dulces de todos los niños que los habían ido consiguiendo durante la noche.
Les dije que era por el bien de todos.
Miguel Ángel Revilla. Tuve que darle la mano.
Recordarlo y escribirlo ya me ha dado asco.
Espero que la poca gente que me lee piense exactamente eso cuando yo abandone esto. Con dos excepciones.
Por un lado asomo a la decadencia humana, a la miseria espiritual de tantísima gente, cosa que sabes que me encanta y me divierte mucho; por otro, leo a gente brillante cuya mente merece mucho la pena conocer y analizar.
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