Ryu:

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Ante su respuesta volvió a mirarle con un poco de extrañeza, pero luego sonrió, de cierta forma le alegraba que no fuese ese tipo de chico que se aprovecharía de una chica, si se le confesase.
Iba a decirle algo cuando escuchó aquella alarme de incendió, a comparación de sus compañeros, él guardó tranquilamente sus cuadernos y salió de acuerdo a la orden del profesor que se encontraba en ese momento. Todos los alumnos había sido evacuados y las clases se suspendían.

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Mientras iba por los pasillos, por casualidad o como otros pensarían, “por cosas del destino”, escuchó cierta conversación de unos chicos de otra clase superior, por lo que pudo apreciar, estos tenían un serio odio por la familia Adam, no pudo entender el por qué o quizá no tomo mucho tiempo de aquello, más bien su atención se fijo cuando uno de ellos dijo que aprovecharían este momento para darle una paliza.
“Tres contra uno, que valientes…” pensó para sí mismo y aunque no fuese amigo con su compañero de puesto, no pudo dejar pasar por alto aquello y lo siguió sigilosamente.

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Así en un momento ya se encontraba, un poco alejado del instituto, aquel grupo se encontraba esperando a la “victima”, hasta que lo vio acercarse al lugar e inmediatamente se mantuvo cerca.
Chico 1: Cuando Adam pasó a su lado lo jalo lanzándolo lejos a un callejón, tirándolo al suelo. —Miren a quién tenemos aquí~… Al idiota de Stein… — Sus dos acompañantes reían de manera maliciosa.

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— ¿Qué pasaría si hoy no llegaras a tu casa? Pobre de tu papito, ¿verdad? — En verdad iban en serio. —Vamos a divertirnos un rato~ — El chico sacó un bate, con el cual tenía toda la intención de golpearlo. Lo alzó y descendió a gran velocidad, pero no golpeo lo que ellos tenían planeado, otro chico de la nada había aparecido y estaba encima de Adam como si fuese un escudo. Era su compañero de puesto.
—Creo que llegue a tiempo… — Le dijo mientras se mantenía sobre él y un gran hilo de sangre descendía desde su cabeza por aquel golpe.