https://ask.fm/lanekokawaii/answers/142372338376 rol~
[Perdón si le pongo salseo, es que me gusta en el rol(?)]
Ryu:
Por su parte, el chico permaneció en el salón. Simplemente estaba perezoso como para salir a dar una vuelta porque sí.
Escondió su rostro entre sus brazos, sobre la mesa de pupitre pretendiendo descansar un poco, aún quedaban dos clases y la hora del almuerzo entre medio, por lo que por el momento no era mala idea descansar un poco.
Algunas chicas regularmente se le acercaban a entablar conversación, pero como no eran de su agrado simplemente las ignoraba, o decía directamente que estaba aburrido, ya que las consideraba demasiado superficiales, una de las cosas que más odia en las personas.
Si bien, al no conocerle, parecía un chico solitario, era por el simple hecho de que así él lo quería, no tenía intención de relacionarse con alguien que tuviese ese tipo de mentalidad. Por lo que, solo tenía un amigo dentro de la escuela, que estaba en un grado menor que él. Se podría decir que era el único que se había ganado la confianza del joven.
Esta actitud había ganado cierta admiración por parte de algunos chicos y odio de otros. Mientras que con las chicas era bastante popular, cosa que no le interesaba en absoluto.
Estaba completamente relajado, cuando escucho una voz que provenía del asiento que estaba a su lado, por lo que sin despegarse de la posición en la que estaba, solo desvió la cabeza para mirar, escuchando con más claridad a la segunda vez que esta habló.
—…No te preocupes. Detesto ese tipo de cosas, ese tipo de “bromas” no son graciosas. — Dijo con una leve sonrisa, mientras la miraba de manera fija por un momento, notando que ésta era algo tímida.
—Me agrada tú cabello… Es poco común, eso lo hace agradable. — Dijo repentinamente, ya que suele decir generalmente muchas cosas antes de pensarlas, aunque fuesen extrañas.
Se acomodó en su asiento, ahora sentándose de manera correcta, ya que la clase siguiente estaba a punto de comenzar.
Por otro lado, las chicas habían entrado, escuchando el halago del joven, por lo que fruncieron el ceño bastante molestas por esa situación. Más bien estaban celosas, ya que nunca conseguían siquiera entablar una conversación con él. Y era obvio, ya que se mostraban demasiado predecibles desde el comienzo y eso le molestaba.
Ryu:
Por su parte, el chico permaneció en el salón. Simplemente estaba perezoso como para salir a dar una vuelta porque sí.
Escondió su rostro entre sus brazos, sobre la mesa de pupitre pretendiendo descansar un poco, aún quedaban dos clases y la hora del almuerzo entre medio, por lo que por el momento no era mala idea descansar un poco.
Algunas chicas regularmente se le acercaban a entablar conversación, pero como no eran de su agrado simplemente las ignoraba, o decía directamente que estaba aburrido, ya que las consideraba demasiado superficiales, una de las cosas que más odia en las personas.
Si bien, al no conocerle, parecía un chico solitario, era por el simple hecho de que así él lo quería, no tenía intención de relacionarse con alguien que tuviese ese tipo de mentalidad. Por lo que, solo tenía un amigo dentro de la escuela, que estaba en un grado menor que él. Se podría decir que era el único que se había ganado la confianza del joven.
Esta actitud había ganado cierta admiración por parte de algunos chicos y odio de otros. Mientras que con las chicas era bastante popular, cosa que no le interesaba en absoluto.
Estaba completamente relajado, cuando escucho una voz que provenía del asiento que estaba a su lado, por lo que sin despegarse de la posición en la que estaba, solo desvió la cabeza para mirar, escuchando con más claridad a la segunda vez que esta habló.
—…No te preocupes. Detesto ese tipo de cosas, ese tipo de “bromas” no son graciosas. — Dijo con una leve sonrisa, mientras la miraba de manera fija por un momento, notando que ésta era algo tímida.
—Me agrada tú cabello… Es poco común, eso lo hace agradable. — Dijo repentinamente, ya que suele decir generalmente muchas cosas antes de pensarlas, aunque fuesen extrañas.
Se acomodó en su asiento, ahora sentándose de manera correcta, ya que la clase siguiente estaba a punto de comenzar.
Por otro lado, las chicas habían entrado, escuchando el halago del joven, por lo que fruncieron el ceño bastante molestas por esa situación. Más bien estaban celosas, ya que nunca conseguían siquiera entablar una conversación con él. Y era obvio, ya que se mostraban demasiado predecibles desde el comienzo y eso le molestaba.